El Ayuntamiento y el Salvador acuerdan la apertura del templo para las visitas turísticas

El alcalde de Burriana, José Ramón Calpe –acompañado por los concejales de Turismo, Belén Sierra y de Cultura, Enrique Safont- se ha reunido hoy con el titular del Salvador, Pedro Cid, con el fin de acordar la apertura del templo y de la Plaça del Racó de l’Abadia con motivo de la visita de grupos organizados de turismo en Burriana.

Según han explicado tanto el alcalde como la edil de Turismo al término de la reunión, el encuentro ha sido satisfactorio y han agradecido a Pedro Cid su colaboración para permitir que el principal exponente del patrimonio histórico y artístico de la ciudad pueda ser conocido por cuantos visiten Burriana.

A partir de este momento, la parroquia establecerá un horario de apertura para estos grupos para no alterar los cultos y lo comunicará al Ayuntamiento quien, a su vez, lo pondrá en conocimiento de las distintas agencias con las que trabaja la Oficina de Turismo y que, periódicamente, aportan autobuses de visitantes a la ciudad procedentes tanto del resto de España como del extranjero. El Salvador pedirá un donativo de un euro por visitante, según ha avanzado Belén Sierra.

La edil se muestra satisfecha del acuerdo alcanzado hoy y considera que poder visitar el Salvador y admirar también su ábside desde la Plaça del Racó de l’Abadia es esencial desde el punto de vista turístico, “porque el templo es, antes que Bien de Interés Cultural, Patrimonio Histórico-Artístico Nacional y uno de los mejores exponentes del gótico primitivo valenciano”.

El primer gran templo cristiano del Antiguo Reino de Valencia
En 1233, con motivo de la conquista de Burriana y cinco años antes de la de Valencia, el rey Jaume I encargó a la Orden de San Juan del Hospital la construcción de un gran templo conmemorativo de la primera gran victoria en la conquista del Reino de Valencia, de modo que el Salvador de Burriana puede considerarse la primera gran iglesia del antiguo reino.

De planta románica, empezó a construirse bajo las ordenes arquitectónicas del estilo gótico primitivo, al que se le fueron alternando algunos elementos románicos. El ábside data del siglo XIII y consta de siete lados con capillas absidiales radiales sin girola. La iglesia se complementó con modificaciones para reconvertirla en una iglesia fortaleza, con la construcción de dos torres gemelas que flanquean el ábside comunicado por un paso de ronda. Es también en esta iglesia donde se asociará, por primera vez la arquitectura gótica valenciana.

El edificio está construido por una única planta de salón, cubierta con bóvedas de crucería nervada y elementos de ladrillo. Además la iglesia cuenta con una cripta bajo el ábside donde eran enterrados, bajo su expreso deseo, los párrocos que habían estado dirigiendo la iglesia.

En el segundo tercio del siglo XIV, se levantó la torre campanario y posteriormente durante el siglo XVIII a la nave gótica se le adosó la Capilla de la Comunión. Se trata se una construcción de planta de cruz griega y estilo neoclásico, coronada por una cúpula y decorada interiormente con frescos de Vergara los cuales representan cuatro alegorías que hace referencia a la Salvación del Mundo, la Déesis, las Bodas místicas de Cristo y la Fe.

Este edificio fue ampliándose con el paso de los siglos hasta adosarse a la torre campanario, de modo que tanto en su interior como en su exterior se pueden ver diferentes estilos que pasan del gótico al barroco y los cuales le confieren su aspecto actual.

La iglesia estuvo en sus inicios bajo la advocación de Santa María, pero a mediados del siglo XIV se dedicó a El Salvador. La voladura del campanario por una brigada del ejército republicano durante la Guerra civil provocó una gran destrucción en el templo, que fue reconstruido al igual que la torre. En dicho proceso, se descubrió la decoración original del ábside y, tras una primera gran restauración, la Iglesia fue declarada Monumento Histórico Artístico Nacional en 1969.

Con motivo de la exposición Espais de Llum, promovida por la Fundación La Llum de les Imatges, el Salvador fue sometida a una nueva restauración integral, tanto en el interior como en el exterior del templo, que luce ahora en todo su esplendor.

El Ayuntamiento contribuyó a realzar la imagen del templo con el derribo de la antigua Casa Abadía, adosada al ábside, y que ha permitido recuperar un espacio abierto que también fue rediseñado con cargo al proyecto de restauración de la iglesia y que permite admirar el ábside gótico, así como el paso de ronda y una torre musulmana y un tramo del lienzo de la antigua muralla defensiva de la ciudad.