Juegos infantiles, bancos, papeleras, señales y fuentes públicas sufren a diario actos vandálicos

Burriana es una ciudad cada vez más maleducada e irrespetuosa con su entorno, y en especial con el mobiliario urbano. Ver papeleras rotas, juegos infantiles destrozados – y no precisamente por los más pequeños –, fuentes llenas de suciedad o bancos arrancados, se ha convertido en una imagen familiar y cotidiana para la que de momento no existe solución, ya que los servicios de vía pública están hartos de realizar reparaciones – sobre todo tras los fines de semana – hasta que al final optan por dejarlo como está, o anular el mobiliario urbano. Es el caso de dos bancos instalados en las inmediaciones del Centro de Salud, que han sido arrancados en reiteradas ocasiones por los vehículos que aparcan encima de la acera. Al final, la solución ha sido eliminarlos.

Algo parecido ha pasado con las fuentes ornamentales de la ciudad. A excepción de la de la plaza 9 d’Octubre, las demás ya no se utilizan, porque se embozan, al haberse convertido en auténticos basureros. Así, se ha optado por mantener vacía la del Jardín del Beso, para que al menos sea posible limpiarla. La de la plaza Quarts de Calatrava es la principal papelera de la plaza, y la que había en el jardín de El Pla se optó por reconvertirla en una jardinera.

En la plaza de L’Hereu los bancos que se instalaron hace menos de tres años tienen unas varillas de acero inoxidable, que son las que aguantan la estructura, y que las roban a tres por cuatro - se supone que para venderlas como chatarra -. Precisamente en esta plaza había también unas canastas para jugar, que unas las rompieron y otras desaparecieron del lugar sin dejar rastro.

Urbanizaciones nuevas como la NPR-2 en el Grao, en la que se instaló un gimnasio al aire libre, han sido completamente expoliadas – en este caso dos veces; antes y después de la inauguración –. Al igual que algunas papeleras de la urbanización que hay detrás del Club de Tenis. La pregunta ahora es saber cuanto va a durar todo el mobiliario urbano que se ha instalado en Novenes de Calatrava, una vez se inaugure dentro de dos meses.

La plaza de Les Eres, que albergó el primer parque infantil adaptado de toda la Comunidad Valenciana, está destrozada, con los toboganes rotos y los columpios llenos de hierros, que resultan muy peligrosos. Algo parecido le sucede a la zona infantil de Quarts de Calatrava, donde habían inicialmente unos senos para beber que los tuvieron que quitar, al igual que está sucediendo con la mayoría de fuentes para beber que había en varios puntos de la localidad, a las que por sistema les arrancan los grifos, dejándolas inutilizadas.

Ordenanza sobre comportamiento cívico para incrementar la responsabilidad de los ciudadanos; medidas policiales con aplicación de fuertes sanciones – si tiras un papel al suelo en Holanda: 80 euros –; videovigilancia en los parques y espacios públicos; patrullas de policías o vigilantes en las zonas de recreo infantil; campañas de educación en los colegios… Lo que sea, pero algo hay que hacer para que Burriana, que se ha vanagloriado siempre de ser una ciudad civilizada y avanzada en muchos aspectos, deje de ser el estercolero en el que se ha convertido últimamente, a pesar de que cada vez se invierte más en mobiliario urbano, en limpieza y en jardinería.