Todos los partidos que concurren a las elecciones establecen prioritario peatonalizar calles, en especial del casco histórico

Todos los partidos políticos que concurren a las elecciones municipales de Burriana plantean como prioridad incrementar las calles peatonales, especialmente del casco histórico.

Y es que, pese a que se han llevado a cabo actuaciones, como la calle la Tanda, calles Mare de Deu del Pilar, Mare de Deu del Carmen y Trinitat, Sant Vicent y Sant Pere Pasqual, desde hace quince años no se ha peatonalizado una sola calle dentro de lo que era la ciudad amurallada de Burriana, que aparece en el ideograma de la Crónica de Valencia y su reino de Rafael Martí de Viciana.

En la última legislatura socialista se peatonalizó por primera vez un pequeño tramo de la calle Vicente Forner Tichell, entre la calle Salvador y Purissima. Aquel mismo equipo de Gobierno proyecto la peatonalización de las calles Salvador y Forn de la Vila, para reintegrar todo ese entorno, y las obras ya fueron ejecutadas por el Partido Popular y el Bloc en su primer año de mandato, siendo concejal de Vía Pública Juan Sorolla. Desde entonces, los peatones no han recuperado un solo metro del núcleo histórico, si exceptuamos la ampliación de aceras de la calle Mayor, y la eliminación de la zona azul llevada a cabo durante esta legislatura en la plaza Mayor, con motivo de la exposición Espais de Llum.

Bien es cierto que desde el año 2005 está pendiente de autorización por parte de Patrimonio la peatonalización de la calle Tremedal y adyacentes. Dicho proyecto fue redactado por el mismo arquitecto que diseñó la peatonalización de las calles Sant Vicent y Sant Pere Pasqual, y desde el primer momento contó con el rechazo de los técnicos de la Consellería de Cultura por la utilización de leds en el pavimento y un material tan ajeno a esta zona como la pizarra. La propuesta de este arquitecto pretendía cumplir una función que no fuera meramente de pavimentación, para que el suelo adoptara un papel interactivo y didáctico. Así, planteaba las calles del centro de Burriana como un lienzo sobre el que escribir y señalar; un manto oscuro, que en principio iba a ser de pizarra natural, y que luego se propuso sustituir por cerámica negra, que se extendiera sobre la Vila. Esa era la base de lo que el arquitecto calificaba como un pavimento parlante lleno de valiosa información para el peatón. Por una parte proyectaba dos líneas de luz continua en el suelo, de diferente color, para marcar dos caminos. La línea luminosa iba serpenteando por el centro de la calle, recordando los sinuosos y ondulantes caminos rurales. Además de estas luces continuas, en el pavimento había señalizados puntos de encuentro, lugares de descanso, trazas históricas, edificios de valor arquitectónico; todo ello mediante iconos.

En estos momentos se plantea una reflexión acerca de qué estilo emplear en el diseño de las calles del casco histórico. Durante años el criterio ha fluctuado y se han utilizado todo tipo de materiales, texturas y colores. Pero ahora, la mayoría comparte que la esencia y la pauta la dio el arquitecto Carlos Bohigues con su diseño del entorno exterior del ábside de la iglesia de El Salvador. En ese sentido, y es un criterio que comparte el arquitecto municipal, Ramon Miravet, todo lo que se haga debería ir emparentado a ese referente.