Miles de niños de la ciudad celebran la fiesta de Sant Nicolau
Miles de niños de Burriana han disfrutado hoy de la fiesta de Sant Nicolau, cuya celebración es mañana, día 6 de diciembre, aunque los colegios adelantan esta tradición desde que en 1983 se celebró por primera vez el Día de la Constitución como fiesta oficial en toda España.
La tradición, que al menos se ha celebrado durante tres siglos, marca que el día de Sant Nicolau los niños y niñas deben ir provistos de una espada de madera o cartón, opcionalmente un lazo, que las niñas suelen llevar en el pelo y los niños de pajarita, y hay que almorzar o merendar longaniza y cantar una cantinela popular que dice: “Sant Nicolau, santo bendito, confesor de Jesucristo, viva el rey, muera el gallo, cuatrocientos a caballo. Tris Tras, llonganissa menjaràs, Tris Tras en la espasa moriràs”.
La presencia de las espadas de madera se entiende como uno de los juguetes preferidos por la infancia de antaño, que simulaba batallas épicas compitiendo entre colegios. Evidentemente la cancioncilla popular, en sus últimas estrofas, alude a batallas entre cristianos y moros, a los que hacer comer longaniza de cerdo era una tortura.
Las espadas actuales suelen ser de cartón, para evitar accidentes. Antaño eran de madera y ocupaban durante una buena temporada a los carpinteros de la ciudad elaborando suntuosas espadas, algunas de ellas curvas, de estilo árabe – cimitarras -, muy apreciadas por su rareza y exotismo.
La fiesta continúa celebrándose, año tras año, sin entrar muy en el fondo de sus orígenes, tanto en colegios concertados como públicos, por todos los niños, con independencia de su religión, comiendo la tradicional “llonganissa”, sin mayor problema, ya que ahora no sólo las hay de cerdo, sino también de pollo y otras carnes.
Sant Nicolau nació en Licia, Turquía, en el año 345. La especialidad de este santo fueron los milagros y siempre lo representaban con unos niños, porque los antiguos contaban que un criminal hirió a cuchillo a varios de ellos, y el santo obtuvo su curación instantánea. Por haber sido tan amigo de la niñez, en su fiesta, en muchos lugares del mundo, se reparten dulces y regalos a los niños, y prácticamente en esta fecha, el 6 de diciembre, empezaban los preparativos navideños.
Sant Nicolau se convirtió en el patrón de muchos colegios de enseñanza elemental, de ahí que los niños lo celebren.
A principios del siglo pasado, según relataba don Manuel Roselló en sus crónicas tradicionales de Burriana, los niños de los diferentes colegios solían entablar batalla con sus espadas en plena calle. Aquellos que conseguían arrebatar la bandera del colegio a los rivales eran proclamados vencedores. Por la tarde se iban a merendar la llonganissa a parajes como La Bota, el Molí del Arrós o el Clot de la Mare de Deu y regresaban a casa cantando la canción popular. También se producía otro modo de celebración, más agresiva, que consistía en una batalla con hondas en el cauce del río, que se terminó prohibiendo, ya que más de un niño perdió un ojo durante aquellos enfrentamientos.
Sobre el origen de esta fiesta en Burriana, la más popular para los niños, junto a los cabuts de la Mercè, poco se sabe. En algunas localidades navarras, como la población roncalesa de Burgui, se celebra el 6 de diciembre la fiesta del Obispillo. Una comitiva de niños encabezada por uno de ellos, vestido de obispo, recorren las calles cantando y bendiciendo las casas a cambio de recibir alimentos y donaciones con las que posteriormente celebrar una merienda. Todo el cortejo se detiene en las casas donde entonan una cantinela que tiene algunas similitudes con la de Burriana: San Nicolás coronado / obispo fue muy honrado / alé, alé, aleluya / Todos por Santa María / viva el obispo, muera el gallo / cuatrocientos y un caballos / Aquí venimos cuatro / cantaremos dos / una limosnita / por amor de Dios / Si nos dan o no nos dan / las gallinicas cantarán tris, tras.
