La incertidumbre reina en el mundo fallero

Hasta el momento, todo estaba claro, todo seguía un orden, que aun sin ser el mejor ni el peor, pero era un orden, pautas que se remontan décadas, un sistema de gestión al que los ciudadanos falleros estaban acostumbrados, y que se cimentaba en la continuidad del Partido Popular al frente del ayuntamiento, ergo al frente de la concejalía de Fiestas, ergo a la cabeza de la Junta Local Fallera, pero con el sorprendente giro a la izquierda que hemos dado en las últimas elecciones municipales, todas esas claves de gestión se han quedado en nada.

Hoy se ha dado la noticia oficial del matrimonio político a tres bandas entre PSPV, Compromís y Se puede Burriana, y con este anuncio vienen las dudas, pues dos tercios del pacto, PSPV y Compromís, tenían como objetivo de campaña despolitizar el mundo fallero, pues pese a las insistencia del nuevo presidente de la Federaciom de Fallas, Salva Domemech, que reiteró con rotundidad en que "las fallas son una fiesta apolítica", la realidad, al menos hasta la fecha, es que fallas y política iban de la mano, ya que el presidente de la JLF era el mismo concejal de Fiestas, su equipo estaba compuesto por afines más al partido que a las fallas, y que en ocasiones usaban el órgano de la Junta Local como trampolín para sus aspiraciones personales, políticas, y hasta laborales. Además, el sistema de consejo sectorial en el que estamos inmersos, permite a la alcaldía, ordenar y desordenar a golpe de decreto, pasando por encima de la voluntad de los falleros, como se dio en el caso de la ubicación de la falla Sant Josep hace unos años, bien, pues esto, en teoría, se va a convertir en historia, ya que si el nuevo gobierno cumple sus promesas electorales, el concejal de Fiestas ya no será el presidente de la JLF y esta, se compondrá de falleros de base.

La primera consecuencia directa del "totum revolutum" fallero es que, a día de hoy, nadie sabe quien se encarga de acompañar a las Reinas Falleras a sus compromisos en las Hogueras de san Juan en Alicante, evento que se dará en menos de dos semanas. Por un lado está la Federación de Fallas, quien podría hacer de órgano representativo, por otro está la anterior Junta Local, quien ya se ha negado, y por otro lado, queda confiar en la rapidez de organización del nuevo gobierno en formar un equipo, que cumpla como se espera de él, y que sea realmente apolítico, cumpliendo así su promesa de despolitizar la fiesta fallera.

Para bien o para mal, solo quedan unos pocos días de incertidumbre fallera.