Una grúa produce un socavón en el Pla en la zona en la que estaban los antiguos urinarios

Una grúa de gran tonelaje, que ha acudido esta mañana al Pla, para desmontar una grúa torre de una obra del carrer Nou, ha producido un socavón en el suelo cuando procedía a sacar los cuatro pies hidráulicos con los que queda fijada al suelo. En este caso debía haber usado, como hicieron después, unas plataformas más anchas, para repartir el peso. Lo que no sabían es que iban a topar con la bóveda de los antiguos urinarios de El Pla, que se taparon cuando se remodeló la plaza por última vez, en la década de los cincuenta, y se le confirió el aspecto actual, ficus incluido. Muy cerca, aunque al otro lado de la isleta, está el Ull de la Vila, que fue tapado por el Sindicato de Riegos a finales de 1913.

Estos urinarios prestaban servicio a los miles de hombres que se congregaban en el Pla a última hora de la tarde para “llogarse”. Una práctica que surgió en la segunda mitad del siglo XIX y que se extendió hasta casi acabar la década de los ochenta. Para cruzar el Pla había que ir esquivando los corrillos que se formaban en las aceras, y para muchas mujeres resultaba una situación embarazosa, ya que no podían evitar los piropos, y en muchas ocasiones comentarios soeces.

En el semanario la Unión, que se editó entre 1913 y 1916, el primer corresponsal que tuvo nuestra ciudad, Rafael Solá, que también escribía en el Heraldo de Castellón, muchas veces bajo el seudónimo de X y Z, señalaba: “Llamamos muy de veras la atención del señor alcalde, para que dé ordenes, con el fin de evitar los corrillos que se forman al anochecer en la plaza, y así se facilitaría el tránsito y se evitaría a muchas jóvenes el oír frases nada en consonancia con la educación y la moral. Sepa el Sr. Daudí, que esta denuncia nos la formula el sexo bello, que para librarse de semejante abuso, antes que pasar por la plaza a la hora referida, tiene que ir dando rodeos por otras calles más retiradas…lo cual es una lastima…”.

En una época en la que muchos hombres llevaban sombrero, una broma bastante repetida entre los jóvenes era atar una fina cuerda, en la parte superior de la escalinata, para que los que bajaban a los urinarios tropezaran y les saltara el sombrero.

Hasta el lugar en el que se ha producido el socavón ha acudido el Ingeniero Municipal, José Luis Monfort, el Jefe de la Policía Local – ha sido necesario desviar el tráfico –, y el Jefe de Vía Pública, Juan Cabedo.