Emotiva graduación de los alumnos del Llombai

Si tuviéramos que escoger dos palabras de las muchas que se pronunciaron anoche en el Club Náutico de Burriana con motivo de la graduación de los estudiantes del Llombai, estas serían Gracias y Suerte, dos palabras que sonaron una y otra vez. La primera refleja la estrecha relación que se ha formado entre profesores y alumnos creándose vínculos que han ayudado a todos a seguir adelante y que les hace estar agradecidos por haber llegado a donde están; la segunda, materializa la incertidumbre que el futuro presenta para todos y cada uno de los jóvenes que anoche se reunieron en el salón.

El I.E.S. Llombai rindió anoche un pequeño homenaje a todos los alumnos de bachillerato y el módulo superior de electromecánica en un acto que duró aproximadamente unas dos horas. El acto fue preparado conjuntamente por la dirección del centro, el equipo docente y algunos profesores. Cabe destacar el vídeo que se pasó, realizado por Juan Corchado, profesor de historia del arte, en el que se recordaban todos los momentos vividos a lo largo del año –viajes, concursos, jornadas, etc.-, se pasaron fotos infantiles de los alumnos y los profesores dedicaban palabras de despedida a los alumnos.

Al DVD le siguieron emotivos discursos por parte de los profesores y algunos alumnos. Rosana Morales, la directora, que habló en nombre del instituto y declaró estar en un aula por convencimiento propio por ello agradeció a  los jóvenes todo lo que con ellos había aprendido, desde su infancia hasta en su día a día como docente. Antonio Oreja, tutor del módulo de electromecánica, resaltó también el aprendizaje continuo al que se veía sometido con los jóvenes y les agradeció la juventud que diariamente le contagian. Por su parte Rosana Franch, tutora del bachiller humanístico, en su discurso planteó lo complicado que había sido el año y animó a todos sus alumnos a tomar un sueño y luchar por él porque según les hizo saber “una de las cosas más importantes en la vida es saber qué sueño queremos alcanzar”. Por último, Carme Contreras, tutora del bachiller científico-técnico, les agradeció cada momento vivido y plasmó la imagen a través de una metáfora: “veo en ellos un baúl gigante, lleno de ilusiones y esperanzas por cumplir”.

En nombre de todos los alumnos del bachiller científico-técnico, Marta Tenés, Sandra Oliva y Teresa Molés, llevaron a cabo un noticiario que tenía por portada esa frase que tanto tiempo habían esperado poder decir: “Por fin nos graduamos”. Con un discurso completo y cargado de humor plantearon la incertidumbre que el futuro les planteaba y agradecían el papel del equipo docente a lo largo de sus años como estudiantes.

Carla Robles, representante del bachiller humanístico llevó a cabo un discurso elaborado y muy cuidado en el que no olvidó a ninguno de los profesores y les agradeció su tarea puesto que “no solo nos formáis para que seamos grandes estudiantes sino también para que seamos grandes personas”. También tuvo unas palabras para las familias de cada uno de ellos y terminó citando a Confucio en uno de sus proverbios: Nuestra gloria más grande no está en no haber caído nunca sino en habernos sabido levantar.

Por último fue Vicent Blasco, en nombre de los 8 alumnos del módulo de electromecánica, quien pronuncio unas palabras en las que afirmaba estar felices por haber crecido como personas y agradeció el trabajo de los dos docentes que con paciencia y constancia habían conseguido que sacaran el curso adelante.

Finalmente se repartieron las orlas a todos los alumnos y, después de la cena, se continuó la celebración al compás de un dúo que hizo que la fiesta fuera si cabe más animada.