Cuatro años después las aceras de la Carrera están para cambiar por el mal estado del firme

No llega a cuatro años después, las aceras de la calle La Carrera de Burriana están para cambiar, debido a que hay muchas baldosas reventadas o sueltas, a causa de que todos aquellos vehículos, mayores que una furgoneta, se suben encima de la acera para poder transitar.

El estado irregular del firme por el que caminan los peatones ya ha motivado más de una caída, puesto que hay baldosas que sobresalen, a consecuencia del hundimiento de todas aquellas que están más próximas al bordillo.

Estas obras, ejecutadas por PAVASAL en el último trimestre de 2004, ya resultaron muy polémicas. Las críticas vecinales se centraron en lo estrecha que había quedado la calzada por haber apurado al máximo la ampliación de las aceras. Por parte de los servicios técnicos municipales se insistió en que el paso para los vehículos se había medido y era igual que el de otras calles; eso sí, apurando al máximo para lograr el mayor espacio posible para los peatones.

Aún así, desde entonces, la mayoría de coches que se encuentran aparcados a un lado de la calle repliegan los retrovisores que quedan expuestos a la zona de paso, y el que no lo hace se arriesga a que se lo arranquen.

El camión de la basura, al principio, como no podía pasar, lo hacía subiéndose a la acera, pero tras comprobar que rompía las baldosas, y que resultaba complicado el vaciado de los contenedores, se optó por desplazar éstos a los extremos de la calle para evitar que transitara el vehículo público por este vial. Ahora accede a los contenedores por el Pla y la plaza de la Mercè.

Varias obras privadas realizadas en esta calle también han favorecido un mayor tránsito de vehículos pesados, que, como no podía ser de otro modo, han pasado por encima de la acera, lo que ha originado que cuatro años más tarde, una obra relativamente nueva, presente un estado lamentable.

El Ayuntamiento invirtió 533.232 euros en la ampliación de estas aceras, además de las de las calles Canalejas, Ecce-Homo y el Raval, hasta llegar al Pla, así como las aceras de la calle Ausias March, entre la calle la Misericordia y la plaza José Iturbi.

Muchos vecinos de la calle La Carrera desean que, aparte de que se arreglen las aceras, se adopte una solución definitiva, ya que de lo contrario volverá a producirse el mismo problema. La respuesta pasa, según opinan, por impedir el paso de furgonetas y camiones, reducir notablemente el tráfico, muy intenso en la actualidad, mediante un cambio de dirección, o peatonalizar la calle y que sólo tengan acceso los residentes como en la calle San Vicente.