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El Campanar ha estado evacuando agua durante varios días a causa de que los desagües se encuentran en mal estado desde hace años

El Campanar ha estado evacuando agua durante varios días a causa de que los desagües se encuentran en mal estado desde hace años
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    El Campanar ha estado evacuando agua durante varios días a causa de que los desagües se encuentran en mal estado desde hace años - (foto 2)
    El Campanar ha estado evacuando agua durante varios días a causa de que los desagües se encuentran en mal estado desde hace años - (foto 3)
    El Campanar ha estado evacuando agua durante varios días a causa de que los desagües se encuentran en mal estado desde hace años - (foto 4)

    Aquella canción tradicional que decía: "El Campanar de Borriana, s'ha obert com una mangrana; la culpa la té l'obrer, que l'ha fet de mala gana" podría ser realidad, pero no por culpa del obrero, como decía la copla, sino por culpa de quien ha de mantenerlo, en este caso la iglesia, y de quien en ocasiones lo ha utilizado para realizar espectáculos pirotécnicos: el Ayuntamiento.

    Una semana después del fatídico día de San Miguel, en el que en Burriana cayeron 315 litros por metro cuadrado, el campanar, máximo orgullo de la ciudad, todavía sangraba por una de sus saeteras, formando un charco en el patio trasero del edificio de la Caja Rural Sant Josep. Se trata de un problema que se arrastra desde principios de esta década, y al que no se ha puesto solución, a pesar de que ya lo denunciamos desde esta web en mayo del año pasado.

    Los restos de las exhibiciones de fuegos artificiales terminan en las cubiertas, y cuando llueve se producen taponamientos de las canales que a la postre se convierten en filtraciones o goterones como el que mana, cada vez que llueve, de una de las saeteras de la torre campanario, perjudicando visiblemente la construcción más emblemática de la ciudad.

    La causa de esa chorrera es una perforación de las canales que evacuan el agua de la terraza superior y sala de campanas, a consecuencia de haberse embozado con restos procedentes de los castillos disparados desde el campanario. El hecho de que el agua permanezca en la tubería corroe su interior, de ahí que el goterón que se aprecia en una de las caras de la torre este teñido de óxido, procedente de la desintegración de la canal.

    La terraza superior del campanario, situada a 51 metros de altura, tiene 28 metros cuadrados. Es decir, que sólo en tres días recogió 12.208 litros, que el campanario evacuó como pudo, debido al taponamiento de los desagües, bien a través de la saetera - y por espacio de más de una semana - o precipitándose por el interior de la torre hasta llegar a las escaleras góticas de la base.

    El 10 de noviembre de 1945 se puso la última piedra de la reconstrucción del campanario dirigida por el párroco mosén Elías Milián, el arquitecto municipal Enrique Pecourt y el maestro de obras Vicente Piqueres. Atrás quedaba la desolación tras aquella deflagración que se oyó en toda la Plana la madrugada del 5 de Julio de 1938 cuando estallaron las 32 cajas de dinamita colocadas en el interior del campanario por un experto en explosivos mejicano de la 203 Brigada, 812 batallón, 2ª compañía, del Ejercito Republicano, bajo las ordenes del comandante Francisco Gallego, horas antes de que entraran en Burriana las tropas nacionales al mando del entonces coronel Antonio Aranda Mata. Consideraban que aquello era un punto estratégico de observación militar, de ahí que resolvieran su voladura para que el enemigo no pudiera beneficiarse de él, sin llegar a valorar que aquella era la humillación más grande que podían infringir a una ciudad como Burriana, por la especial devoción que sus moradores profesan a la torre, a la que nada menos que históricamente han comparado con la Torre Eiffel y el Big Ben. Sin embargo, todo aquel orgullo, venido a menos, se ha traducido en un mantenimiento casi inexistente, pues desde 1945 apenas se ha hecho nada para mantener la torre, a excepción, quizá, del nuevo reloj instalado por el Ayuntamiento en 1966, para sustituir el que tras la guerra civil prestó el Círculo Frutero.

    comentarios 11 comentarios
    Josep
    Josep
    27/10/2009 09:10
    la solución para la recogida de las aguas pluviales: la lampara de la Mercé

    la lampara de la Mercé, boca abajo, podría ser la solución para recoger las aguas pluviales en el campanario...y así aprovechar el despilfarro de 12.000euros de todos los burrianeros. Como dijo aquel...."me duele Burriana" abandonada, con el patrimonio artístico por los suelos, y aquí nadie tiene responsabilidades....válgame Dios

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