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El centro Juan XXIII de Burjassot realiza su segunda movilidad Erasmus+

El centro Juan XXIII de Burjassot realiza su segunda movilidad Erasmus+
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    Comprometido con la internacionalización y con la formación continua de su alumnado y profesorado, el Colegio Juan XXIII de Burjassot ha realizado en estos meses su segunda movilidad Erasmus+, visitando Macedonia del Norte.

    La acción formativa se ha llevado a cabo en coordinación con el Servicio Español para la Internacionalización de la Educación con los que se ha financiado el proyecto KA122, Environmental School Patrol. Improving our Planet, que el centro presentó en el 2021.

    La concienciación medioambiental sobre el cambio climático, el reciclaje, la contaminación y la necesidad de mejorar la competencia interpersonal y social del alumnado, son los principales objetivos europeos trabajados en el programa que, además, se ha combinado con la mejora de la competencia lingüística en inglés de las y los chicos participantes en la movilidad ya que, tal y como han destacado desde el centro, “la lengua inglesa ha sido la única que se ha utilizado como lengua vehicular entre estudiantes y profesores a lo largo de estos cinco días de experiencia”.

    Esta vez han sido siete alumnas de 3º de ESO las seleccionadas para participar en la experiencia y ha sido el colegio Dr. Vladimir Polezinoski, situado en una pequeña localidad llamada Kicevo, a dos horas de Skopje (capital de Macedonia del Norte), el centro con el que se ha desarrollado la actividad Erasmus+ del centro burjassotense.

    El primer día de visita al centro comenzó con el reparto de credenciales Eco-patrol y una ceremonia de bienvenida. Después realizaron algunas actividades para conocerse hasta dar paso a la actividad "School orientation" que permitió entrar a las aulas y conocer la metodología y al alumnado. Tras el tour por el centro, las burjassotenses participaron en el taller "lunch without loss" y la actividad "Scavenger hunt" alrededor del centro, “el frío y la lluvia no nos impidieron divertirnos con un juego para conocer la naturaleza del entorno”.

    Durante la segunda jornada de la movilidad visitaron la localidad de Ohrid, situada al sudeste de Macedonia y asentada a orillas del lago del cual toma su nombre, “allí pudimos contemplar las maravillosas vistas del lago Ohrid desde la Fortaleza de Samuel, una de las mayores atracciones turísticas de esta localidad. También visitamos el teatro griego de Ohrid y la iglesia de San Juan, situada sobre el acantilado de la playa de Kaneo, en la costa de Ohrid. Por la tarde paseamos por la parte antigua de la ciudad para disfrutar de los productos tradicionales de la zona. Verdaderamente fue un placer conocer al equipo de alumnas del colegio Dr. Vladimir Polezinovski que tan bien nos acogieron y se encargaron de explicar la historia de cada uno de estos lugares emblemáticos”.

    El tercer día estuvo dedicado a la salida cultural hacia uno de los entornos naturales más conocidos del país: Popova Sapka. Durante la ruta visitaron también Tetovo para visitar la mezquita pintada (Pasha’s mosque) que representa un ejemplo de la arquitectura de la religión otomana. Finalmente, ya en Popova Sapka convivieron con el equipo de profesores y de alumnas de Kicevo en una jornada al aire libre, disfrutando de la nieve a la vez que llevaron a cabo una inspección de campo, “comprobamos de primera mano el impacto medioambiental causado por el ser humano en zonas como esta, muy visitadas por el turismo”.

    En el último día de movilidad en el colegio Dr. Vladimir Polezinoski, el profesorado del centro había preparado unos juegos de integración y actividades lúdicas relacionadas con la cultura macedonia y, ya por la tarde, se celebró la ceremonia de clausura, con el intercambio de regalos y entrega de diplomas.

    Tras cuatro días de actividad intensa y un largo viaje, el alumnado y el profesorado del colegio Juan XXII de Burjassot ha vuelto cargado de un montón de experiencias de aprendizaje y de convivencia, “no hay nada como salir del país de uno mismo para abrir nuestra mente, apreciar las diferencias, y la interculturalidad y, en definitiva, contribuir a que seamos personas más abiertas y más tolerantes preparadas para un futuro donde la diversidad no sea nunca más un problema, sino una fuente de enriquecimiento y de aprendizaje”. 

    Desde el centro burjassotense han destacado que esperan poder devolver a las familias de Kicevo y a toda su comunidad educativa esta bonita y emotiva experiencia que nunca olvidarán. El colegio espera ahora con los brazos abiertos que el alumnado macedonio pueda visitarlo y compartir con ellos “el amor por nuestro país, sus gentes y su cultura”.

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