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50 años viendo Burjassot "con buenos ojos"

  • Una óptica del municipio imparte un taller sobre visión y aprendizaje

Amparo, Puri y Beatriz están de enhorabuena. Y no es para menos. Las hermanas Alcocer Alfonso están a punto de estrenar el año 2013, un año en el que el proyecto que inició su padre, Don Manuel Alcocer, en 1963, cumple cincuenta años. Óptica Alcocer celebra su 50 aniversario como ejemplo de empresa familiar en Burjassot la cual, con el paso de las décadas, ha sido siempre fiel a su filosofía inicial: innovación, tecnología, formación incesante y mejora constante de sus servicios.

Todos tenemos ojos, dos, ¡hasta los dibujos animados! Si vemos mal de lejos, no vemos la pizarra y no aprendemos. Si vemos mal de cerca, no podemos dibujar, ni pintar.

Éstas y otras tantas son las rotundas respuestas que los alumnos y alumnas más pequeños del colegio público San Juan de Ribera de Burjassot lanzaban en medio del taller sobre visión y aprendizaje visual que Paula, una de las optometristas de la Óptica Alcocer, impartía hace poco en el centro. Pronto empezarán también a ofrecer charlas dirigidas a padres y profesores para saber detectar a tiempo, en los niños, problemas de visión, que afectan directamente en el proceso de aprendizaje. Esta iniciativa, gratuita y comprometida con la población del municipio, junto con otras, son el presente de la Óptica Alcocer que, en 2013, cumple cincuenta años. Pero, ¿qué hay del pasado? O mejor, ¿qué hay del origen?.

Corría el año 1963 cuando Don Manuel Alcocer Turégano abría las puertas de la óptica. “Mi abuelo, el padre de mi padre, - cuenta Amparo, la hermana mayor- era médico de un pueblo de Cuenca. A mi padre le encantaba la medicina, pero como observó que el trabajo de médico era tan sumamente sacrificado, optó por estudiar Farmacia, ya que uno de sus tíos también era farmacéutico. Así que estudió Farmacia en Madrid y en el año 1957 se instaló en Burjassot. Inicialmente, abrió la farmacia (que cumplió 50 años en 2007). Al aprobar unas oposiciones, también fue inspector de Sanidad aquí. Algunos años más tarde, en 1963, hace ahora cincuenta años, abrió también la óptica”.

Muy pronto, Don Manuel se entusiasmó con el mundo de la óptica y a su estudio se dedicó en cuerpo y alma. De hecho, por aquella época, Don Manuel fue uno de los pioneros en graduar, cuando los ópticos aún, prácticamente, no graduaban. Hoy, en el escaparate de la óptica, aún se conserva la primera columna de refracción que llegó a Valencia y la compró él. Relata Amparo que “mi padre siempre le prestó mucha atención a la innovación, y fue amante de la continua reforma y mejora. Quería progresar, adelantarse en conocimiento y en equipamiento. Él siempre pensó que un negocio funciona siempre que reinviertas en él y a nosotras nos inculcó esa mentalidad de constante reinversión en el negocio, para nunca dejar de mejorar”.

Y así, una vez sembrada la semilla de un negocio familiar basado en pilares como los citados, un concepto muy profesional de la óptica, la innovación, la inversión en tecnología y la formación incesante, el gusanillo picó pronto a las tres hermanas que adoptaron con naturalidad la filosofía inicial de trabajo y de esfuerzo por mejorar día a día, siempre al servicio del cliente. “Las tres hermanas estamos totalmente implicadas en la empresa familiar. Hasta mi hija, la pequeña, es farmacéutica y trabaja en la farmacia. En mi caso, lo de estudiar farmacia fue un poco más obligación que pura vocación, pero pronto me empecé a interesar por el mundo de la óptica, que es lo que verdaderamente me apasiona. Mi hermana pequeña, Beatriz, además de ser farmacéutica también, es el alma del negocio, es una gran negocianta. Y también está Puri, que es oftalmóloga. En realidad a las tres nos encanta todo el tema de dirigir y hacer crecer y mejorar la empresa, pero diría que es Beatriz la que tiene una gran visión de negocio”.

En 1990, la Óptica Alcocer incorporó a sus servicios la Terapia Visual, un sistema de ejercicios y terapias encaminados a mejorar la visión, sus áreas cerebrales y el resto de sentidos que interaccionan y que dan información a la visión. “Lo que conseguimos con la terapia visual es muy importante, es trabajar el problema desde la base, trabajar con la conexión de los ojos al cerebro y que el ojo adquieran progresivamente las habilidades visuales adecuadas”.

En 1995, también la óptica incorporó el tratamiento de la llamada Baja Visión, ofreciendo alternativas, mediante ayudas ópticas como microscopios o lupas, que se adaptan al paciente en función del resto de visual disponible y de las tareas a realizar.

“Mi marido (actualmente Amparo es viuda), José Ramón Picó, siempre pensó que nos debíamos diferenciar con respecto del resto de ópticas y, en ese sentido, siempre nos hemos volcado en la continua formación y en la investigación en el campo de la óptica. Pronto empezamos a profundizar en el estudio y la investigación de la terapia visual, la baja visión y a estudiar muchísimo sobre estrabismo, ambliopía (rehabilitación de ojos vagos), así como en detectar problemas de aprendizaje, originados en un problema de visión”.

Además de la Terapia Visual, en Óptica Alcocer también han incorporado la terapia auditiva. Y es que, como afirma Amparo, “somos como sentimos. Ver bien u oír bien no sólo significa oír correctamente un determinado sonido en una audiometría o ver todas las letras en un examen visual; eso es agudeza visual, pero no es lo mismo que tener una buena visión o una buena audición.

En conexión con la clínica que también regentan las hermanas Alcocer y con ese empeño creciente de seguir mejorando y ampliando las áreas del organismo en las que actúa la visión, en Alcocer han comenzado a trabajar con pacientes que han sufrido un daño cerebral, conectando el trabajo de los optometristas con el de un fisioterapeuta y una psicóloga. Ése es precisamente el proyecto para el futuro inmediato: ampliar el centro de rehabilitación de daño cerebral.

“Mi padre me enseñó principalmente dos cosas; una, cuidar al personal y otra, no dejar de aprender, innovar, mejorar y reinvertir en la empresa. Y eso es lo que estamos haciendo. Intentar superarnos siempre, intentar siempre saber más, porque no se sabe nunca lo suficiente y ofrecer lo mejor de lo mejor a los clientes”.

Y parece que lo están haciendo bien porque la Óptica Alcocer lleva ni más ni menos que 50 años viendo Burjassot, con muy buenos ojos. Ahora toca celebrarlo. Y ya lo están haciendo, por todo lo alto, con sus clientes.

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