La Fundación Blasco de Alagón entrega la imagen restaurada de Sant Blai de Betxí
La imagen del siglo XIX se había visto afectada especialmente por el ataque de la carcoma
La imagen de Sant Blai es una talla realizada en madera del 1,25 cm de alto por 40 cm de ancho. De autor desconocido, esta escultura fue realizada en el siglo XIX y, desde entonces, ha estado expuesta en la iglesia de la Mare de Déu dels Àngels, que data del siglo XVII. La imagen fue teñida de un tono caoba y acabada a la cera y reposa sobre una peana que hace de relicario. En ella, en un lateral, nos encontramos un papel de unos 5x3 cm, que nos aporta información de su posible procedencia francesa, concretamente de Arlés.
El santo está representado con la mitra y el báculo, símbolos de los obispos y con el elemento de su martirio. Y es que San Blas sufrió persecución y martirio. Concretamente, este médico armenio fue despellejado con garfios de hierro y murió decapitado en el siglo III.
La obra se encontraba en mal estado de conservación. Su principal deterioro era la pérdida de las propiedades del soporte (madera) como consecuencia del fuerte ataque de xilófagos (carcoma) que padecía. Debido a este factor y a diferentes agresiones (golpes arañazos) junto con el paso del tiempo. La imagen había sufrido la perdida de nueve de los dedos y los pliegues de las vestiduras al igual que las molduras de la peana, habían perdido su forma original. Sin olvidar los movimientos propios del soporte que habían producido que las juntas de unión de la talla abrieran y en algunas zonas se formaran grietas. Y en general, la talla presentaba una capa de suciedad grasa en general en toda la superficie.
Señalar que la obra presentaba una intervención anterior inadecuada que pretendía devolver la estabilidad a la peana de la imagen que era la zona más afectada por el ataque de la carcoma.
El equipo de restauración de la fundación coordinado por Ana Cañizares, ha realizado el siguiente tratamiento en la obra (tras la desinfección de la pieza por medio de gases que ha sido realizado por una empresa especializada). Se llevó a cabo una consolidación de las zonas que habían sido debilitadas por el ataque de los xilófagos. Las restauradoras han tenido que eliminar actuaciones anteriores poco afortunadas y han realizado una limpieza profunda de la imagen. Además, se ha realizado una reproducción de las partes que faltaban, como los dedos y la moldura de la peana. Además, se ha sellado todos los agujeros causados por la carcoma y aplicaron la protección final de la imagen.
El equipo de restauración está dirigido por Ana Cañizares e integrado por Paula Gisbert y Beatriz Recatalà, licenciadas en Conservación y Restauración de Bienes Culturales.
