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Benidorm inaugura el Museo l’Hort de Colón con una retrospectiva fotográfica de la ciudad en los años 50 y 60 de Francisco Pérez Bayona

Benidorm inaugura el Museo l’Hort de Colón con una retrospectiva fotográfica de  la ciudad en los años 50 y 60 de Francisco Pérez Bayona
  • La exposición se podrá visitar hasta el 16 de septiembre de lunes a viernes, de 10.00 a 14.00 horas

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Benidorm inaugura el Museo l’Hort de Colón con una retrospectiva fotográfica de  la ciudad en los años 50 y 60 de Francisco Pérez Bayona - (foto 2)
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Benidorm inaugura el Museo l’Hort de Colón con una retrospectiva fotográfica de  la ciudad en los años 50 y 60 de Francisco Pérez Bayona - (foto 4)

Hoy se ha inaugurado el Museo l’Hort de Colón y lo ha hecho albergando en sus paredes una exposición fotográfica de Francisco Pérez Bayona, más conocido por todos como Quico, que también recoge, al igual que las instalaciones de l’Hort, parte de la historia de la ciudad, puesto que se han seleccionado aquellas instantáneas en las que podemos descubrir el Benidorm de los años 50 y 60.

Sin duda, la retrospectiva nos brinda la oportunidad de conocer más profundamente la historia de nuestro pueblo, a través del objetivo de Quico, tal y como ha señalado la edil de Cultura, Eva Mayor, en este acto de inauguración. “Se trata de una muestra de la historia viva de nuestro pueblo y de cómo a través de los ojos de Quico en muy pocos años ha ido cambiando la fisionomía de nuestra ciudad, pasando de ser un pueblo pequeño con pocos habitantes a un pueblo cosmopolita”, ha afirmado Mayor.

La edil ha informado que son unas 30 las imágenes que componen la exposición y que discurren desde el año 1957 a 1965. Además, la muestra también exhibe algunas de las cámaras que utilizaba Quico, por lo que “también se puede captar cómo la fotografía ha evolucionado en Quico”.

Por su parte, Quico ha agradecido al Ayuntamiento de Benidorm el que se haya reconocido el valor histórico de su archivo fotográfico, sirviendo para inaugurar el nuevo Museo l’Hort de Colón, y ha mostrado su alegría, ya que con esta exposición algunas de sus fotos se han desempolvado y “pueden volver a ver la luz del día”. En su discurso Quico ha recordado una de las frases que aprendió de su profesor de fotografía cuando estudiaba en Barcelona el oficio y que hoy cobra especial relevancia: “Quien practica la fotografía tiene doble imagen, primero el placer de buscar el suceso, la comunión o el bautizo y después que transcurridos días, meses incluso años se pueden volver a contemplar porque las fotografías son ventanas abiertas al pasado y al presente”.

Por último, el alcalde de Benidorm, Agustín Navarro, ha destacado la importancia del trabajo de Quico y la puesta en marcha del Museo de l’Hort de Colón, por ser ambos parte de la historia de Benidorm. “No es lo mismo ver esta exposición enb una sala del siglo XXI, que en el l’Hort de Colón porque aquí nos impregnamos de nuestro pasado y nuestra historia”, ha subrayado el primer edil.

La muestra fotográfica de Quico se podrá visitar hasta el próximo 16 de septiembre, de lunes a viernes, de diez de la mañana a dos de la tarde.

Museo l’Hort de Colón

Benidorm ha recuperado tras 20 años la casa de l’Hort de Colón con el objeto de servir como museo etnológico de la ciudad. En la recuperación de este inmueble ha sido esencial la separación de la Concejalía de Patrimonio en dos ramas, según ha explicado el primer edil de la ciudad, ya que a través de la Concejalía propia de Patrimonio Histórico se ha podido trabajar de una forma más exhaustiva en este proyecto que hoy ve la luz. Tras invertir el Ayuntamiento en reforzar la cubierta de la casa, la Concejalía está previsto que organice una serie de visitas guiadas para abrir el inmueble a la ciudad y que todos los vecinos conozcan la casa y cómo se ha recepcionado.

La casa del Huerto de Colón data de mediados del siglo XIX y tiene más de 280 metros cuadrados distribuidos en dos plantas. Además de salones, salas de estar y de visita, la casa cuenta con cinco habitaciones y una cocina que se construyó después, donde antiguamente se encontraban los corrales de la casa.

La casa cuenta con dos chimeneas que caldeaban toda la vivienda, en sus dos plantas, y un armario, de los años 50, construido en lo que antiguamente era la cocina de la casa.

Entre los objetos que se han encontrado, cabe subrayar tres baúles, uno de ellos adquirido en Nueva York a finales del siglo XIX, un bidé portátil, un cuaderno de apuntes del Colegio de Nuestra Señora de los Dolores del año 1924; un diario de concha, una escribanía portátil, una pieza para guardar cartas bordado, diferentes piezas de ropa con bordados, vainica y tul bordado, un chal comprado en China, un bombín adquirido en Nueva Orleans, una chistera, guantes, espejos, relicarios, rosarios, misales y fotografías antiguas. Además, los pomos de todas las puertas son originales, de porcelana, al igual que los percheros de la casa.

Históricamente, Vicente Zaragoza Ortuño (1838-1899), célebre armador y capitán de diversos trasatlánticos, adquirió el 9 de junio de 1885 una finca a Dña. Josefa Llorca Llaudes, de 49 áreas y 86 centiáreas de superficie (4.986 metros cuadrados). Este huerto, se encontraba tapiado, plantado de olivos y con una balsa para el riego.

El 14 de abril de 1899 y ante el notario D. José María Pujalte, Vicente Zaragoza Ortuño hace inventario y división de sus bienes entre sus tres hijos, Josefa, Vicente y Pedro Zaragoza Soria.

A Vicente le lega una casa y morada de dos pisos, en la calle del Calvario. Se indica que esta casa la construyó de nueva planta, Vicente Zaragoza Ortuño, sobre el huerto que adquirió en 1885.

Aparte de la vivienda, recibe la tercera parte del primitivo huerto (16 áreas y 62 centiáreas, o sea, 1662 metros cuadrados) que disponía de balsa (con derecho a 4 días de agua), noria, departamento de almazara de aceite con prensas de hierro, gallinero y cuadras. Estaba plantado de árboles frutales y de parras.

En el momento del fallecimiento de Vicente Zaragoza Ortuño, el huerto se debería dividir entre los tres hermanos (tal y como se acuerda en el documento notarial) y separarlos con muros de piedras y cañas. Los nuevos propietarios lo recibirían en usufructo, debiéndolo legar a sus hijos en las mismas condiciones.

Cuando en 1899 fallece Vicente Zaragoza Ortuño, se hace efectiva la división del Huerto y el reparto, tal y como estaba acordado, entre sus tres hijos.

De este modo, Vicente Zaragoza Soria, heredero de la casa y de la tercera parte del Huerto, lega a su hija Catalina Zaragoza Llinares su propiedad. Ésta contrae matrimonio con Maximiano Llorca Fuster, capitán de la marina mercante y fruto de este matrimonio son los tres hijos, María de la Concepción, Vicente y María del Pilar Llorca Zaragoza.

Estos dos últimos, en documento fechado el 20 de abril de 1988 acuerdan con el Ayuntamiento la cesión de la vivienda y de una parte del jardín a cambio de autorización para construir sobre el resto del antiguo huerto. Acuerdo que se ratifica ante el notario José-Luis Ruiz Mesa, el 8 de noviembre del mismo año.

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