Los primeros pobladores de Benidorm podrían remontarse al año 15.000 antes de Cristo
Los datos se desprenden del estudio del yacimiento de Serra Gelada
El concejal de Patrimonio, Jaime Llinares, y el director de Investigación y Desarrollo de Arpa Patrimonio, Javier Fernández, explicaron que a la espera de la conclusión de los diferentes estudios en curso la ocupación del abrigo podría ser la más antigua de la comarca e incluso de la Comunidad Valenciana, por lo que el yacimiento “presenta un gran interés no sólo para conocer la historia de Benidorm sino, para definir los episodios finales del paleolítico superior en la comunidad”, aseveró Llinares.
En este sentido, y según explicó el edil de Patrimonio, se ha iniciado un proyecto de conocimiento y conservación del patrimonio, al tiempo que se trabaja en un plan de protección “que permita conservar el yacimiento y legarlo a generaciones futuras”.
Los trabajos de campo, de una duración de 14 días, comenzaron en enero, “siendo una intervención muy delicada debido al estado de conservación del yacimiento”, explicó el doctor Javier Fernández, pero que ha permitido documentar la secuencia de ocupación y proporcionar un contexto paleoambiental y cronológico de las evidencias de ocupación.
Las muestras tomadas de sedimento y materiales orgánicos han sido analizadas con técnicas como el carbono 14, con las que se han llegado a unas primeras conclusiones que indican que la línea de costa se encontraría alejada varios kilómetros por lo que su geografía era muy distinta. Además, se ha documentado la presencia de especies de flora que no existen en la actualidad como el pino negral, “que se desarrolló durante la glaciación” y también restos de fauna cazada por los moradores de la cavidad, entre los que destaca el caballo salvaje, el uro, ciervo, cabra, conejo y moluscos terrestres.
Jaime Llinares agradeció la labor de la Fundación Adendia, Arpa Patrimonio, así como a loa miembros integrantes del equipo científico interdisciplinar, Carles Ferrer y Jesús Jordá, expertos en sedimentología; Alfred Sanchís, experto en zooarqueología; Alberto Martínez, en malacología, Ernestina Badal, en paleobotánica y Daniel Tejerina en conservación.