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Miembros del Tribunal de las Aguas de Valencia visitan Benidorm

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    Miembros del Tribunal de las Aguas de Valencia visitan Benidorm  - (foto 2)
    Una representación del Tribunal de las Aguas de Valencia ha sido recibida esta mañana por el alcalde de Benidorm, Agustín Navarro, y por el edil de Turismo, Manuel Cabezuelos, en el Consistorio de la ciudad; donde el Síndico de la acequia de Mislata, José Suay, ha rubricado en el libro de firmas del Ayuntamiento y ha recibido de manos del primer edil la insignia de la localidad. El alcalde se ha puesto a disposición de estos ilustres visitantes para gestionar cualquier visita al municipio, de modo que conozcan la oferta turística de Benidorm.

    El Tribunal de las Aguas de Valencia, conocido también como Tribunal de la Vega de Valencia es un Jurado de Riegos encargado de dirimir los conflictos por el agua de riego entre los agricultores de las Comunidades de Regantes de las acequias que forman parte de él (Cuart, Benàger i Faitanar, Tormos, Mislata, Mestalla, Favara, Rascaña y Rovella). El conjunto de estas acequias forma la denominada Vega de Valencia, sobre la que tiene jurisdicción el Tribunal, que junto a la Acequia Real de Moncada, con jurisdicción aparte, forman la huerta de Valencia. En septiembre de 2009 es designado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

    El Tribunal es un tribunal consuetudinario. Está formado por un representante de cada una de las Comunidades de Regantes que forman parte, ocho en total, denominados síndicos, y uno de ellos es elegido presidente por un tiempo indeterminado. Tradicionalmente el presidente ha sido el síndico de Favara o el de Tormos, alternativamente.

    Cada jueves del año (excepto festivos y aquellos que van desde Navidad a Reyes) se reúne el Tribunal con sus asesores en la Casa Vestuario de la Plaza de la Virgen de Valencia para discutir diversos asuntos. Pero es a las 12 en punto del mediodía, mientras suenan las campanas del Miguelete, cuando el Tribunal se constituye formalmente en la Puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia. Es entonces cuando el alguacil, con el permiso del presidente, llama a los denunciados de cada una de las acequias, con la tradicional frase: “denunciats de la sèquia de...! ”. El juicio se desarrolla de forma rápida, oral e íntegramente en valenciano. El denunciante, que suele ser el guarda de la acequia a la que pertenece el infractor, expone el caso ante el Tribunal, y después el denunciado se defiende a sí mismo y responde a las preguntas del síndico de la acequia a la que pertenece. Es a continuación cuando el Tribunal, con la excepción del síndico de la acequia en cuestión, decide la culpabilidad o no del denunciado, y en caso afirmativo, es el síndico de la acequia quien impone la pena a pagar por el infractor, de acuerdo con las Ordenanzas de la propia Comunidad de Regantes. Todavía hoy en día la pena se impone en “sueldos”, tal y como se hacía en época medieval, entendiéndose actualmente por “1 sueldo”, el sueldo diario del guarda de la acequia.

    Su origen es totalmente desconocido, pese a que lo más probable es que sea una evolución, basada en tradiciones andalusíes anteriores. La teoría más extendida, pero sin ningún fundamento histórico, es que ya existía un antecedente en época romana, pero que su fundación tal y como funciona hoy en día se produjo durante los reinados de los califas Abd al-Rahman III y al-Hakam II, en concreto en el año 960 de nuestra era.

     

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