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Cultura inaugura el próximo domingo el teatro de títeres en la calle ‘El niño que no sabía acariciar’

Cultura inaugura el próximo domingo el teatro de títeres en la calle ‘El niño que no sabía acariciar’

    ‘El niño que no sabía acariciar’ es la nueva propuesta que la Concejalía de Cultura propone estas Navidades a los más pequeños de la ciudad. Un espectáculo infantil de títeres y audiovisual, enmarcado dentro del Pequeño Gran Teatro de Mascarat, y que se representará en la calle, en todas las zonas de Benidorm.

    La inauguración es el próximo domingo 23 de diciembre en Foietes, junto al Centro Social, y se representará también en la Plaza de SS.MM. los Reyes de España, el día 25 y 30 de diciembre; en el Rincón de Loix, el 26; en la Plaza de Neptuno, el 27; en Els Tolls, en el parque de la avenida de Bélgica, el 28; en la Cala, frente al Hotel Delfín; el día 2 de enero, en la Plaza de la Hispanidad; el jueves 3 de enero, en el castillo de Benidorm y el viernes 4 de enero en el Parque de Elche.

    La duración del espectáculo es de 20 minutos y se realizarán cuatro pases por día, comenzando a las 17:30 horas de la tarde y finalizando a las 19:30 horas.

    La concejala de Cultura, Eva Mayor, explicó que desde la Concejalía se ha apostado por “trasladar el teatro a la calle en unas fechas muy especiales a los más pequeños” y destacó la importancia de la interacción con los personajes y la mezcla de audiovisuales en la producción, “muy acorde con los tiempos”.

    Miguel Ángel Fernández, director de la obra explicó que en el espectáculo participan 7 personajes que aparecen físicamente y en pantalla, porque como ha explicado “tiene mucho de teatro, pero no sólo es guiñol”. Fernández invitó a participar en la actividad, que ha descrito como original y “que no dejará indiferente a nadie”.

    ‘El niño que no sabía acariciar’ narra la historia, de la mano de dos de sus actrices principales, Isabel Márquez y Marta Dediego, de un niño, Lucas, que no sabía acariciar. Todo lo contario, siempre trataba a sus compañeros, amigos y familiares de una manera brusca. Así los juegos se convertían en peleas, las reacciones en golpes y las palabras en ofensas. Algo debía cambiar en él porque comenzaba a sentir el rechazo de su entorno. Una noche la Luna de Algodón habló con él y preocupada por su extraño comportamiento, le hace reflexionar sobre su actitud y le pide un cambio. Pero ha de darse prisa porque sólo tiene 28 días, hasta la próxima visita de la Luna de Algodón. Si no lo hace se quedará solo para el resto de su vida.

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