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Los amores imposibles también existen en el reino animal

Los amores imposibles también existen en el reino animal
  • Una oropéndola macho de Terra Natura no se siente atraída por su especie y trata de cortejar sin éxito a una cigüeña desde hace años

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Los amores imposibles también existen en el reino animal - (foto 2)
Los amores imposibles también existen en el reino animal - (foto 3)
Los amores imposibles también existen en el reino animal. Los desesperados intentos de una oropéndola macho, apodada por los cuidadores de Terra Natura Benidorm como Schwazenegger por su gran tamaño, no consiguen atraer a Nuez, una cigüeña maguari hembra que convive actualmente junto a ésta y otras especies en el aviario del complejo. La oropéndola (Psarocolius Viridis) no se siente atraído por su especie y, sin embargo, se muestra incansable en su cortejo para tratar de conquistar a esta cigüeña (Ciconia Maguari).

Nuez se quedó viuda hace unos años y desde entonces no ha vuelto a unirse a ningún otro ejemplar de su especie. El vacío que le dejó su última pareja parece que ha sido compensado en parte con la presencia de su amiga Caracol, otra cigüeña que le acompaña por el aviario cada día. Ambas aves recorren el aviario sin prestar ninguna atención a los cantos y bailes de cortejo de Schawazenegger, que a pesar de pertenecer a otra especie sólo muestra interés por esta cigüeña.

El resto de hembras oropéndolas se relacionan con sus congéneres sin que este macho les preste atención. Los cuidadores del parque detectaron esta conducta hace unos años y desde entonces se repite cada año por estas fechas sin que Schawazenegger sea correspondido por la cigüeña. Los intentos fallidos no merman el ímpetu de la oropéndola que persigue incansable con sus cantos a la cigüeña con el fin de seducirla.

Pero en Terra Natura Benidorm no todo son historias de desamor. En el aviario habita una pareja de loros seniles o loros coroniblancos (Pionus senilis) que siempre están juntos y que se han vuelto inseparables. Esa relación intensa ha derivado en el nacimiento de seis crías en tan sólo dos años. Ambos ejemplares miden alrededor de 25 centímetros y la especie suele vivir como media unos 25 años, aunque es habitual que incluso alcancen los 40 años de edad.

Otras aves que se muestran muy cariñosas durante estas fechas cercanas a San Valentín son los ñandúes (Rhea americana). Este animal que no tiene capacidad para volar pertenece a la familia de los Reidos y es conocida popularmente como avestruz americano. La palabra “ñandú” procede del guaraní “araña”, en referencia a su cola que se asemeja a un enorme arácnido. Esta especie habita únicamente en Sudamérica.

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