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El silencio encuentra su espacio en el FIB con antiguas cabinas telefónicas

    El silencio, algo impensable en un festival de música veraniego, ha encontrado un espacio en el Festival Internacional de Benicàssim (FIB) gracias a la apuesta del proyecto extramusical FIBart y la complicidad de los miles de "fibers" que estos días abarrotan el recinto de conciertos.

    Tres históricas cabinas de teléfono repartidas en distintos espacios del FIB ofrecen un lugar de aislamiento que invita a separarse del exterior por unos momentos para hablar por el móvil sin gritos, reflexionar, mirar la vida desde otra perspectiva o, simplemente, para hacerse una foto o recordar al atrapado José Luis López Vázquez del mítico corto de Antonio Mercero "La cabina".

    Dos de ellas, las situadas en el recinto de conciertos y en la zona de prensa, son auténticas cabinas de Telefónica recuperadas para esta ocasión tras haber sido paulatinamente retiradas de la circulación durante las últimas dos décadas.

    La tercera, procedente de los Estados Unidos, es el mismo modelo que se utilizó para el rodaje de la película "Superman" y está ubicada, como no podía ser de otra manera, en la zona de los músicos; hasta para disfrutar del arte, ser artista tiene sus ventajas.

    Su creadora, la emergente artista barcelonesa Cecilia Martín, ha explicado que plantea esta iniciativa, titulada "Cabinas de Ssshilencio", como una invitación a la reflexión, en una sociedad en la que bienes tan esenciales como pueden ser el agua o el silencio se venden ya como "artículos de lujo", a los que no todo el mundo tiene acceso.

    Para ello, Martín ha querido utilizar elementos que han marcado la cotidianeidad de la vida española durante años y que han ido perdiendo su espacio en favor de nuevos formatos, como el teléfono móvil, que fomentan la individualidad y la exclusividad de la persona, pero hacen perder algunos espacios de intimidad.

    "La gente ya no se aisla para hablar por teléfono, sino que lo hace en cualquier parte", ha afirmado esta artista conceptual, quien se muestra encantada con la gran acogida que está teniendo la instalación, la única ubicada dentro del FIB de las presentadas por el FIBart ya que en su mayoría se instalan en la playa del Torreón.

    Cecilia Martín, quien regresó a España hace dos años tras haber vivido más de diez en Amsterdam, compara estos lugares con los espacios en blanco entre las palabras o con los silencios musicales, que, según confiesa, "son tan importante como los escritos".

    Los "fibers" que empiezan a poblar cada rincón de un recinto que entre hoy y el domingo acogerá actuaciones como las de My bloody Valentine, Leonard Cohen, Morrissey, Gnarls Barkley, Enrique Morente con Lagartija Nick o Tricky, se han interesado desde el primer momento con este proyecto, que ofrece un lugar de descanso momentáneo a cuatro días de diversión.

    Los primeros visitantes se acercaban anoche a las instalaciones con cierta curiosidad y entusiasmo por volver a ver estas cabinas, aunque conforme avanzan las horas éstas se convierten en un elemento más de un festival en el que lo sociocultural convive plenamente con el lado lúdico-musical de una cita que, el año pasado, reunió a 150.000 personas.

    Cecilia Martín considera a "sus" cabinas como un instrumento "útil" dentro de un festival de música, donde el silencio parece imposible, y destaca el valor que aporta una instalación pública por la interactividad que genera aunque entiende que no se haga más arte en la calle por el esfuerzo y el peligro que supone para la obra.

    Esta experiencia quedará inmortalizada en un reportaje fotográfico que tratará de retratar "la originalidad del público a la hora de hace uso de estos espacios".

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