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Unidos Podemos pregunta por las condiciones laborales del personal del FIB

Unidos Podemos pregunta por las condiciones laborales del personal del FIB

    El Festival Internacional de Benicàssim vivió este fin de semana su XXIV edición. Con alrededor de 40.000 espectadores diarios, el festival es uno de los destinos más conocidos del turismo de festivales. A pesar de ser conscientes del valor cultural y económico que supone para Castelló, la diputada de Unidos Podemos al Congreso, Àngela Ballester, se ha querido preocupar por las condiciones laborales de las personas que hacen posible el FIB y otros festivales musicales y ha registrado una batería de preguntas dirigidas al Gobierno para conocer «el grado de conocimiento de la administración de las condiciones laborales del personal del FIB, así como las medidas previstas para garantizar el cumplimiento de la legislación laboral en el festival», explica Ballester. «Esperamos que después de su visita el fin de semana, el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también se preocupó por las condiciones laborales de quienes trabaja».

    A pesar de generar unas cifras de beneficio que cada año se mueven cerca de los 20 millones de euros, también cada año se suceden las polémicas por las condiciones laborales del personal del FIB, así como por todo el cuerpo de voluntariado al cual el festival recorre para realizar una parte importante de las tareas de puesta en marcha del acontecimiento. No es un tema exclusivo del FIB, se da a otros festivales musicales y afecta a muchos jóvenes víctimas de la precariedad.

    «Es evidente que el turismo de festivales está muy consolidado en la Comunidad Valenciana y que el FIB es un gran impulso cultural y económico, esto no se puede negar, pero ahora que el Festival de Benicàssim está tan consolidado habría que mejorar las condiciones laborales de quienes trabaja», considera Ballester, quienes firma las 5 preguntas que el Grupo Parlamentario de Unidos Podemos ha dirigido en el Gobierno de España. «Mientras jóvenes de media Europa venden en Benicàssim a disfrutar de la música, los jóvenes valencianos están poniendo cervezas por 7 euros la hora y casi no pueden ni pagarse la entrada. Para no hablar de quien hace casi jornadas laborales como supuestos voluntarios sólo a cambio de la entrada, cuando al Estatuto de los Trabajadores se establece que el pago en especies no puede superar el 30% de la remuneración. El gobierno se tendría que preocupar porque la riqueza que generan estos festivales sea redistribuida mejor por no cronificar la precariedad de los trabajadores y trabajadoras», añade Ballester.

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