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El crítico de arte Miguel Cereceda asegura que el concepto de sublime excede la crítica “porque desborda el ámbito de la corrección”

El crítico de arte Miguel Cereceda asegura que el concepto de sublime excede la crítica “porque desborda el ámbito de la corrección”

    “No hay un verdadero criterio de valorización de lo sublime, porque lo sublime no admite criterio y excede al juicio y también a toda crítica, limitándola a una corrección formal y política, pero que no se enfrenta a los acontecimientos de hoy en día, porque desborda el ámbito de la corrección que es donde se desarrolla la crítica” ha indicado el profesor titular de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad Autónoma de Madrid, Miguel Cereceda, en la conferencia “Apuntes para lo sublime” del curso de verano “Creación artística y valores” que se desarrolla en el Hotel Bonaire de Benicàssim.

    Cereceda ha iniciado su viaje de aproximación a lo sublime con la novela El corazón de las tinieblas, “un viaje iniciático al corazón del horror” para argumentar que la crítica tiene un ámbito reducido de competencia dentro de la corrección, que excede “la fascinación por hechos abominables o el disfrute en la contemplación de lo horroroso”, y ha aprovechado para hablar sobre el compositor alemán Karlheinz Stockhausen, quien a raíz del atentado de las Torres Gemelas en 2011 comentaba que lo que hemos visto, y hemos de cambiar por completo nuestra manera de contemplar, es la mayor obra de arte jamás realizada..., para indicar que “lo sublime excede al ámbito de la razón” y “como el comentario de Stockhausen, nos pone en el límite”.

    El crítico se ha cuestionado si lo sublime era objeto de representación artística asegurando que sí que existe un arte dramático y terrible que representa el horror de la humanidad en obras pictóricas, musicales o literarias. Cereceda ha introducido después el concepto de estado como obra de arte y, a través de la figura de Hitler, ha explicado que “Hitler se concibió siempre como un artista y eso se plasma en el III Reich, donde utilizó el arte como creador de poder político”, planificando su obra como un todo: las paradas militares, los uniformes, etc.

    Cereceda ha finalizado su viaje de acercamiento a lo sublime preguntándose si lo sublime era objeto de representación artística y ha manifestado que aunque existían filósofos como Nitze que pensaban que no, podíamos encontrar ejemplos de ello en el arte contemporáneo como el filme de Coppola Apocalypse Now o algunos de los cuadros de Goya, que fue capaz de acercarse a lo terrible en su obra. El problema que tiene la crítica -ha indicado Cereceda- es cómo establecer un límite y qué criterios aplicar.

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