El Ayuntamiento activa un protocolo contra las conductas adictivas entre jóvenes escolares
La iniciativa combate el consumo de alcohol, tabaco, drogas, adicciones al juego o a las nuevas tecnologías
La edil de Educación, María García, destaca las ventajas de “un proyecto de trabajo consensuado, de atención temprana ante el problema y que involucra a toda la comunidad educativa”
La Concejalía de Educación del Ayuntamiento de Aspe ha puesto en marcha un Protocolo de Conductas Adictivas entre los menores escolares que permita actuar de manera conjunta a toda la comunidad educativa ante las adicciones al alcohol, a las drogas o al juego. La edil de Educación, María García, entiende que este protocolo permite activar “un proyecto de trabajo consensuado, de atención temprana ante el problema y que involucra a toda la comunidad educativa”.
La responsable de Educación señaló que “estamos ante problemas que tienen un porcentaje de incidencia no muy elevados, pero que tiene unos efectos muy negativos tanto en el crecimiento y desarrollo del menor como en su entorno familiar e íntimo. Tenemos la obligación de actuar, de responder como administración preocupada por lo que le ocurre a nuestros ciudadanos”.
Las cifras nacionales establecen que un 15% de los jóvenes con edad escolar sufren alguna adicción, sin que en España haya centros especializados en el tratamiento de este tipo de conductas. “Tenemos que estar alertas para que estas adicciones no se produzcan, pero una vez detectados debemos poner todo el apoyo al menor y a la familia para atajarlo”, añadió.
García señaló que en la actual situación “estamos obligados a prestar una mayor atención al comportamiento de nuestros menores, y vigilantes ante cualquier síntoma que permita deducir que se encuentra sometido a alguna de las adicciones más comunes entre los escolares”. Según la responsable del área de Educación del Ayuntamiento, hoy se producen adicciones nuevas, como la ludopatía o el abuso en el uso de las nuevas tecnologías, que se suman al consumo de alcohol o de otras sustancias como el cannabis.
El protocolo establecer pautas de actuaciones para trabajar en la atención temprana de estos comportamientos, donde las primeras alarmas las ofrece la comunidad docente. Un segundo paso, tal y como estipula el protocolo de actuación, obliga a intervenir a las familias, que contará con la labor de mediación y seguimiento que ofrece el Ayuntamiento a través del Trabajador Social de Educación y de la Educadora Social.
