El Hospital de La Ribera ha operado a 68 pacientes de obstrucción lacrimal mediante una técnica novedosa

El Hospital Universitario de La Ribera ha implantado 68 prótesis oftalmológicas para el tratamiento de la obstrucción lacrimal. Esta patología consiste en la oclusión parcial o total del sistema de canales que conduce las lágrimas desde el ojo hasta la nariz. En un 80% de estos pacientes se confirmó el cese total de oclusión.

Esta efectiva técnica, denominada Stend tear-leader, presenta grandes ventajas para el paciente respecto a las técnicas clásicas que se utilizaban hasta ahora, las cuales obligaban a practicar una pequeña perforación en el tabique nasal.

Este procedimiento se establece a partir de una intervención con anestesia local con sedación monitorizada en régimen ambulatorio. Se lleva a cabo a través del orificio lacrimal, y con la manipulación de una guía se consigue salvar la obstrucción. La prótesis es de fácil colocación, con escasas molestias para el paciente en el momento del implante.

Este problema suele presentarse en forma de conjuntivitis, dermatitis irritativa de los párpados o secreción crónica, y afecta aproximadamente al 2% de la población. Es bastante más frecuente en individuos de edad avanzada aunque puede aparecer a cualquier edad.

Todos los pacientes atendidos con esta técnica presentaban previamente un grado de obstrucción completa del conducto lacrimal. El rango de edad de los pacientes es de 61 años, siendo 22 hombres y 46 mujeres. Cabe destacar que un 81% de ellos describieron la inserción de la prótesis como “nada molesto”.

Las prótesis nasolacrimales son implantadas por radiólogos vasculares intervencionistas con importante experiencia en la especialidad y habituados en el manejo de estos materiales. Tras la colocación de la prótesis o stent se realizan controles evolutivos mensuales durante tres meses, realizando periódicamente lavados del conducto lacrimal con suero fisiológico.

Según explica la dra. Mª Dolores Ferrer, de la Unidad del Radiología Vascular Intervencionista del Hospital Universitario de La Ribera, “se trata de una técnica mínimamente invasiva para el paciente, se reduce el tiempo de la intervención a unos 15 ó 20 minutos, y se realiza sin ingreso hospitalario, con lo que el paciente puede incorporarse a su vida normal de forma inmediata”.

Epífora u obstrucción lacrimal
La epífora u obstrucción lacrimal es uno de los síntomas más frecuentes de los pacientes que acuden a una consulta de oftalmología. Este problema suele presentarse en forma de conjuntivitis, dermatitis irritativa de los párpados o secreción crónica, debido principalmente a las alteraciones que produce un lagrimeo reflejo y el déficit funcional de obstrucción.

Esta patología afecta aproximadamente al 2% de la población y es bastante más frecuente en individuos de edad avanzada aunque puede aparecer a cualquier edad. Habitualmente, esta afectación es unilateral –que afecta a un solo ojo-, sin embargo puede aparecer de forma bilateral.