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La Ribera recomienda adecuar las comidas a las personas mayores para evitar situaciones de malnutrición

  • Especialmente en el caso de mayores dependientes

  • El 3% de las personas mayores que viven en la Comunitat presentan malnutrición y el 30% criterios de riesgo de sufrirla

  • Mayor mortalidad y prevalencia de discapacidad, de trastornos psicológicos y de deterioro cognitivo, son consecuencias de la malnutrición

Los servicios de Nutrición y Dietética y de Geriatría del Hospital Universitario de La Ribera recomiendan adecuar las comidas a las personas mayores, especialmente, a las dependientes, con el fin de facilitarles una fácil masticación/deglución.

En este sentido, los responsables de ambos servicios, los doctores Pilar Luna y Juan Antonio Avellana, respectivamente, recuerdan que “la malnutrición es un problema muy frecuente con el que se encuentran las personas mayores dependientes”. Así, destacan que “el 3% de las personas mayores que viven en la Comunidad presentan malnutrición y el 30% riesgo de sufrirla. Estos datos aumentan en personas mayores institucionalizadas”.

Los factores que se han relacionado con la malnutrición son: la edad avanzada (a mayor edad mayor prevalencia de malnutrición); la discapacidad; el presentar ciertas enfermedades (demencia, depresión, fractura de cadera, alteraciones de la deglución y presentar dos o más enfermedades crónicas simultaneas); el tomar fármacos que disminuyen el apetito, y algunos factores sociales como vivir solo, viudedad reciente, bajo nivel educativo y escasos recursos económicos.

En cuanto a las consecuencias de la malnutrición, hay que destacar la gravedad de las mismas: mayor mortalidad y mayor prevalencia de discapacidad, de trastornos psicológicos y de deterioro cognitivo.

Por ello, los doctores Luna y Avellana recomiendan elaborar los menús con texturas diferentes, cuidando la presentación para que resulte atractiva, y recuperar los platos tradicionales, “que resultan familiares al paladar de los más mayores, al tiempo que se contribuye a que los más jóvenes los conozcan, ayudando a recuperar platos de nuestra gastronomía y contribuyendo a la dieta mediterránea”.

Los doctores aconsejan, asimismo, realizar 4-5 tomas al día, ya que “es más fácil cubrir todos los aportes comiendo varias veces pocas cantidades que mucho en pocas tomas”, y evitar picoteos que puedan quitar el apetito de los platos principales. Se sugiere incluir en los platos fuentes de hierro como foie-gras, hígado, carnes o moluscos, por su excelente aporte en hierro, así como a los lácteos, por su contenido en calcio. En el caso de personas que deban mantener una dieta con restricción de sodio (sal), se recomienda recurrir al pan realizado con levadura madre y utilizar todas las especias que aumenten el sabor de los alimentos (tomillo, hierbabuena). “Como siempre se ha hecho en la dieta mediterránea y que son compatibles con la restricción de sodio”.

En el caso de los primeros platos, es recomendable un único plato que asegure fuentes proteicas; por ejemplo, un puré de zanahoria con carne o una sopa de pescado. Para los segundos, se recomienda elegir pescados con cartílago (raya, rape), para evitar que las espinas no pasen desapercibidas, evitando, de esta forma, problemas en la deglución.

Para los postres, los doctores aconsejan las frutas naturales y no sustituir la fruta por yogur, “pues son alimentos que proporcionan nutrientes diferentes, aunque ambos sean postres, aconsejando que se tomen ambos incluso triturados conjuntamente y añadiendo un poco de canela para hacerlos mas sugerentes”.

Por otro lado, los doctores Luna y Avellana advierten de que “las personas mayores, pierden la sensación tanto del hambre como de la sed, por lo que es muy importante ofertar tanto alimentos como agua, aunque no los soliciten”. Las personas mayores que ingieran pocos alimentos, deben consultar con su médico y en algunos casos, asociar dietas artificiales (enterales) para poder cubrir sus necesidades.

Los servicios de Nutrición y Dietética y de Geriatría del Hospital Universitario de La Ribera, recuerdan la importancia de integrar a los mayores en las comidas de la casa y de compartir con ellos sus recuerdos. “Recordar la dieta que ellos tenían y la actividad física que realizaban, y compararla con la realizada hoy en día, puede ayudar a disminuir los errores actuales, aumentar el ejercicio y entrenar la memoria, por lo que tanto los mayores como los mas jóvenes pueden mejorar su salud”.

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