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El Hospital de La Ribera implanta con éxito una prótesis auditiva totalmente invisible

El Hospital de La Ribera implanta con éxito una prótesis auditiva totalmente invisible
  • Es uno de los primeros hospitales públicos de España en incorporar esta tecnología

  • Este sistema aumentar la naturalidad del sonido y permite al paciente realizar actividades cotidianas como ducharse, nadar o practicar deportes

  • El dispositivo, oculto bajo la piel, proporciona una señal de alta fidelidad que permite apreciar sonidos de gran precisión como la lluvia

El servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario de La Ribera ha implantado con éxito a una paciente un sistema auditivo totalmente invisible que supone la última tecnología en este sector.

Este sistema se coloca debajo de la piel, quedando totalmente oculto, de manera que externamente no hay muestras visibles que indiquen que se lleva puesta una audioprótesis.

El Hospital de Alzira es uno de los primeros centros públicos de España en incorporar está última tecnología al servicio del ciudadano y se consolida así como un centro referencia en sistemas auditivos.

Según ha afirmado el jefe del servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario de La Ribera, el Dr. Javier Gisbert, “esta tecnología supone un gran avance en la calidad de vida de las personas que deben llevar un dispositivo auditivo y es una buena alternativa para aquellas personas adultas, con pérdida auditiva tanto conductiva como neurosensorial de moderada a severa, que no quieren renunciar a una vida activa y que prefieren que no se vea que llevan una prótesis auditiva”.

Calidad de sonido y aumento de la autoestima

En este sentido, el dispositivo proporciona una señal de alta fidelidad directamente al oído medio, facilitando una función mejorada, comodidad y ventajas sobre otro tipo de sistemas, permitiendo apreciar sonidos de gran precisión como la lluvia o la nieve.

Asimismo, esta prótesis permite al paciente llevar a cabo actividades cotidianas como ducharse o practicar deportes como natación, aerobic o tenis que, debido a la transpiración o la humedad no es posible practicar con los audífonos tradicionales.

Según el Dr. Gisbert, “de esta forma, el paciente mejora considerablemente su calidad de vida al tiempo que aumenta su autoestima, al permitirle llevar a cabo todo tipo de actividades personales y laborales con total naturalidad y evita el estigma social al que se ven enfrentados muchas de las personas que sufren pérdida auditiva”.

Asimismo, según han constatado las investigaciones con el nuevo implante aumenta la naturalidad y calidad de sonido.

Este dispositivo se implanta durante una operación, que se realiza bajo anestesia general y que tiene una duración media de dos horas, en la que el cirujano realiza una incisión y un orificio detrás de la oreja.

El implante está formado por tres partes principales: una cápsula que aloja los elementos electrónicos, un sistema de micrófono y un transductor.

Según ha explicado el Dr. Javier Gisbert, “el cirujano ancla el implante al hueso temporal del paciente (hueso que se encuentra en los laterales del cráneo) y acopla el transductor a la cadena de huesecillos o cadena osicular (compuesta por martillo, yunque y estribo). En el caso de que haya algún defecto en esta cadena, el cirujano puede conectar el implante a otras estructuras anatómicas del oído, como a las ventanas oval o redonda”.

“De esta forma, el implante deja totalmente libre el conducto externo del oído (cosa que no ocurre con otros audífonos tradicionales), lo que permite percibir los sonidos de manera natural, eliminando percepciones insatisfactorias”, ha señalado el Dr. Gisbert.

Una vez implantado, los sonidos se recogen a través del micrófono y se amplifican según las necesidades del paciente, convirtiéndose a continuación en una señal eléctrica que se envía, a través del cable del transductor cuyo extremo se encuentra en el oído medio. El transductor convierte las señales eléctricas en un movimiento mecánico que estimula directamente los huesecillos del oído y permite al paciente percibir el sonido.

Tras la operación, el cirujano cierra y venda la incisión, que tarda en cicatrizar entre seis y diez días. Después, el paciente debe esperar unas ocho semanas para que se le active el sistema.

Por lo que respecta a la batería del dispositivo, ésta tiene un tiempo de vida media de unos 15 años, realizando una carga diaria. En el caso de necesitar cambiar la batería, la cirugía es sencilla puesto que el transductor se mantiene intacto.

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