El Departamento de Salud de La Ribera da consejos para evitar el síndrome postvacacional
Según diversos estudios, el 56% de la población afirma haberlo padecido alguna vez
Aparecen síntomas físicos y psíquicos como fatiga, cansancio, irritabilidad y tristeza
Los síntomas no se alargan más de 10 días, si no fuera así, se hablaría de otro problema que se consultaría con el médico de cabecera
Ana Fortea, psicóloga clínica del Departamento, afirma que este síndrome se puede evitar, siguiendo unas sencillas indicaciones, y “manteniendo una actitud positiva, que ayude a sobrellevar mejor estos primeros días”.
La psicóloga señala que es conveniente reservar los últimos momentos de las vacaciones para intentar acostumbrarse a la rutina de la vida diaria, sobre todo a los horarios. “Es importante”, afirma la psicóloga, “recuperar horarios y una rutina, no alargar demasiado las siestas y volver a la residencia habitual”.
También ve positivo dormir más durante las primeras jornadas laborales, para conseguir regular el reloj biológico.
Asimismo, según la especialista, “para superar mejor la vuelta es aconsejable no darle demasiada importancia ni a las vacaciones ni a la diferencia de vida que llevamos durante el resto del año”.
Retomar las actividades físicas que se han practicado durante los días libres, como pasear o montar en bici, seguir una alimentación equilibrada y no renunciar a las actividades de ocio de las que se ha disfrutado en verano son claves que ayudarán a tener una mejor reincorporación.
En este sentido, la experta asegura que es recomendable encontrar una afición que practicar durante el tiempo libre, que “ayude a desconectar y a hacer más llevadero el trance”.
Aunque este síndrome puede afectar a todo tipo de personas, es más común que se presente en personas jóvenes. Según los últimos estudios, el 35% de los trabajadores entre 25 y 40 años se ven afectados por estos síntomas, principalmente porque “experimentan una ruptura brusca del ritmo de vida y se incorporan al trabajo sin haber tenido ningún día de aclimatación a la vida diaria”, afirma la psicóloga, “además afecta sobre todo a los que conciben el período vacacional como la culminación de su bienestar personal o los que suelen mostrar malestar con su trabajo y con la vida laboral”.