elperiodic.com
SELECCIONA IDIOMA
Valencià

Se presentan los trabajos de recuperación del nido de ametralladoras de la Olla

Se presentan los trabajos de recuperación del nido de ametralladoras de la Olla
    MÁS FOTOS
    Se presentan los trabajos de recuperación del nido de ametralladoras de la Olla - (foto 2)

    Altea acogió en la tarde de ayer un doble acto en relación con la memoria y el patrimonio históricos. Primeramente, la consellera de Justicia, Administración Pública, Reformas Democráticas y Libertades Públicas, Gabriela Bravo, que fue recibida por el alcalde de Altea, Jaume Llinares, presentó en Villa Gadea el Proyecto de Ley de Memoria Democrática y para la convivencia de la Comunidad Valenciana. Seguidamente se conoció el proyecto de recuperación de los nidos de ametralladoras de la playa de la Olla que ha impulsado el Ayuntamiento de Altea. El acto también contó con la presencia del director general de Reformas Democráticas, José García Añón; la directora general de Justicia, Verónica López; el jefe del Servicio Territorial de Cultura, José Antonio López; el responsable de Albalat-Arqueología y Gestión del Patrimonio, Pedro Jaime Zaragozí y los concejales del equipo de gobierno, entre otros asistentes.

    Ley de Memoria Democrática y para la Convivencia de la Comunidad Valenciana

    El alcalde afirmó que ''desde las instituciones públicas tenemos que velar para consolidar el derecho a la justicia, la reparación y memoria de los que fueron callados y olvidados''. Sobre la ley el alcalde afirmó: ''es un extraordinario recurso para los descendientes de todas las familias de nuestro país que sufrieron guerra y dictadura, porque recuperar la memoria histórica es la mejor manera de entender el presente y afrontar el futuro''.

    Según la consellera ''el proyecto de ley busca el acuerdo para cerrar heridas, reparar el daño causado y hacer justicia a los que sufrieron y sus familias''. Para la titular de Justicia del Gobierno valenciano, la ley es "necesaria" porque que después de cuarenta años de consolidación democrática "aún nos quedan tareas pendientes para delimitar nuestra propia identidad". Como ejemplo, la consellera aseguró que aún está pendiente "la identificación de, aproximadamente, 11.000 víctimas en la Comunidad Valenciana en más de 300 fosas comunes", así como la "retirada de vestigios, honores y menciones conmemorativas o de exaltación de la dictadura "tal como obliga la ley estatal de memoria histórica''.

    La ley se fundamenta sobre los ejes del Derecho a la Verdad, el Derecho a la Justicia y el Derecho a la Memoria.

    En este sentido, la consellera indicaba que la regulación que inicia su trámite parlamentario es "la oportunidad de cumplir con los preceptos básicos que el Derecho Internacional establece como garantía de los Derechos Humanos: verdad, justicia, memoria y reparación. Y todo esto para conseguir una reconciliación justa y duradera, desterrando el miedo a reabrir heridas".

    Proyecto de recuperación del nido de ametralladoras de la Olla de Altea

    Seguidamente, la comitiva se dirigió hacia la playa de la Olla para conocer el proyecto de recuperación del nido de ametralladoras de la época de la Guerra Civil que explicó Pedro Jaime Zaragozí, de Albalat-Arqueología y Gestión del Patrimonio.

    El Ayuntamiento de Altea ha impulsado estos trabajos que se han llevado a cabo gracias a la Concejalía de Urbanismo que ha destinado una partida presupuestaria para la recuperación de patrimonio alteano con el objetivo de ''consolidar y habilitar este bien para hacerlo visitable, al tiempo que se pone en valor el patrimonio histórico de Altea'', como señalaba la concejala del área, Imma Orozco.

    Por su parte, la consellera felicitaba del Ayuntamiento de Altea por poner en valor y recuperar el patrimonio local como ''la mejor manera de conocer la historia para que hechos como estos no se vuelvan a repetir''.

    El proyecto para la recuperación de esta construcción se ha llevado a cabo en dos fases. La primera ha sido una intervención de carácter arqueológico a partir de la cual se ha excavado el interior de la estructura. Esta excavación ha permitido documentar elementos constructivos hasta ahora desconocidos respecto al interior de la estructura, y también testificar que el relleno o abandono del bunker ha tenido lugar, si atendemos a las evidencias numismáticas, desde prácticamente el final de la guerra civil, tal como apuntan el arqueólogo Pedro Jaime Zaragozí y el historiador Juanvi Martín.

    La segunda fase, realizada a través de la Empresa Pública, se ha ocupado de la consolidación del bien, que ha sido deteriorado por el abandono y el efecto marino. Se han llevado adelante una serie de microintervenciones a los elementos más afectados de la estructura. Asimismo, se han eliminado las pintadas del exterior y finalmente se ha instalado una puerta exenta a la construcción para regular así el acceso a su interior. Además, en estos trabajos de recuperación también han intervenido los voluntarios de la ONG De Amicitia.

    Como explicaba Pedro Jaime Zaragozí, ''a pesar de sus ochenta años, su interior se encuentra en buen estado, y aún conserva las plataformas donde se situaban las ametralladoras y los armarios para la munición''. El responsable de la restauración daba más detalles de las actuaciones realizadas: ''para evitar que durante los temporales se inunde, se han diseñado unas cuñas de madera para cegar las aspilleras, que a la manera de tapones cierran las aberturas. Para protegerlo se ha instalado una puerta metálica. Esta se asienta sobre una estructura exenta a fin de no hacer ninguna transformación de la obra original que pudiera dañarla, ya fuera agujereando o incrustando alguna pieza para sujetarla. Las únicas intervenciones han sido dirigidas precisamente a consolidar los restos y parar el proceso de degradación''.

    Estos nidos de ametralladoras, llamados popularmente búnkers, fueron construidos en 1937, durante la Guerra Civil española. Después de que la flota republicana perdiera el control de las costas mediterráneas bajo el bloqueo naval que imponían italianos y alemanes, se planificaron estas defensas costeras para repeler un eventual desembarco del ejército franquista. Sin embargo, nunca se instalaron las ametralladoras y terminado el conflicto fueron abandonados. En total eran ocho los que vigilaban la bahía de Altea, de los que actualmente sólo permanecen dos: el de Cap Negret y el de la Olla.

    La concejalía de Urbanismo, Imma Orozco, se mostraba muy satisfecha por esta actuación ''a través de la cual hemos detenido el deterioro y consolidado los restos para conservar la memoria del hecho, poner freno a la degradación así como proteger la construcción que se suma al catálogo de los bienes históricos que estamos recuperando desde el Ayuntamiento de Altea''.

    Subir