Alumnos de Primaria de Altea participan en talleres sobre alimentación saludable

El Centro de Salud de Altea, en coordinación con el Servicio Psicopedagógico Escolar, ha realizado una serie de talleres de carácter lúdico sobre promoción de la salud, en menores de seis años que cursan Primero de Primaria. Esta iniciativa tiene como objetivo que los menores conozcan lo que es una buena alimentación y distingan los alimentos saludables

Los trastornos alimentarios en niños y adolescentes son problemas frecuentes que pueden tener un impacto importante en la salud y calidad de vida del menor. La alimentación del niño depende de la etapa evolutiva del mismo y esta es especialmente importante durante el primer año debido a la proyección y consecuencias que tendrá para el menor el resto de su vida.

Durante el presente curso escolar más de 200 alumnos de los colegios públicos de Altea han participado en estos talleres impartidos por la trabajadora social del centro de salud, bajo la supervisión del servicio de Pediatría del centro.

Como explica Chelo González, trabajadora social del Centro de Salud y coordinadora de los talleres, esta actuación consta de dos partes. La primera está impartida por profesionales del propio centro y tiene como destinatarios los menores en tanto que la segunda, realizada por los orientadoras de los colegios, está dirigida a los padres.

“Pensamos en la necesidad de realizar una prevención de carácter más primario, no solamente de alimentación, sino que se trata de acercar más a los menores la figura tanto del pediatra como de la enfermera. La idea es que estos profesionales no sean percibidos por los menores como figuras coercitivas, sino como figuras cercanas que no solo curan, sino que previenen y ayudan a no caer enfermos de una manera biopsicosocial”, explica Chelo González. En esta línea, entre las actividades llevadas a cabo en los menores, destacan algunas como colorear y explicar la pirámide alimenticia, dibujar a su pediatra y enfermera o pintar su alimento preferido.

“Los alimentos preferidos por los niños son sobre todo la pasta, las galletas y la fruta. Tratamos de desmitificar los zumos industriales como alimento saludable debido a la cantidad de azúcar que contienen”, indica la trabajadora social.

La alimentación en los niños de 2 a 15 años

El doctor Mariano Mancheño, pediatra del consultorio Casco Antiguo de Altea, destaca que entre el primer y tercer cumpleaños del menor tienen lugar cambios madurativos y psicosociales. Añade que es cuando los menores comienzan a desarrollar sus preferencias alimentarias.

Por ello es necesario, explica el doctor Mancheño, “ofrecer texturas variadas, no forzar sus ritmos, ni insistir demasiado con las cantidades para que el niño no pierda las propias señales de hambre, al tiempo que ofrecemos una dieta variada”.

El pediatra subraya que es entre los 4 y los 6 años, cuando se acentúan “conductas caprichosas” y se aprende a “chantajear” con la comida a los adultos. En esta fase, lo mejor es procurar mantener los ritmos regulares de ingesta, ofreciendo raciones más bien pequeñas y ser flexibles con las cantidades.

“Hay que inculcar al niño que la mejor bebida es el agua y que no debe comer a deshora. Los zumos, aunque sean naturales, son sólo para alguna ocasión aislada y en pequeñas cantidades”, aconseja el doctor Mariano Mancheño.

De los 6 a los 13 años, con la escolarización de primaria y un aprendizaje más rápido, es cuando se produce una mayor influencia del entorno. Por este motivo, hay que insistir en una dieta variada, limitar la bollería e insistir en la importancia de desayunos equilibrados, tanto para optimizar el rendimiento escolar como para fijar unos hábitos ya que todo esto relacionado con la práctica de ejercicio físico y una cuidada higiene bucodental.

Por último, el doctor Mancheño expone que es en la adolescencia cuando se producen mayores cambios en el cuerpo del menor, aparecen peculiaridades insospechadas por los padres o educadores, con rebeldía hacia la familia y profesores o pérdida de la regularidad de los hábitos.

“La búsqueda y aceptación de la propia identidad se modula con la influencia de la televisión, de las redes sociales, de los amigos. Surgen dudas sobre la propia imagen corporal y, en ocasiones, pueden aparecer trastornos de la conducta alimentaria, como puede ser la Anorexia y la Bulimia, u otros desequilibrios por exceso de ingesta o de sedentarismo, como la Obesidad”, explica el doctor.

En estos casos, concluye el especialista: “lo más importante es inculcar la importancia de evitar el consumo de alcohol y no abusar de la llamada ‘comida basura’ porque son alimentos muy grasos y calóricos. Hay además que persistir en una dieta variada y completa y participar en actividades culinarias familiares o escolares como forma de incentivar una dieta saludable”.