La Brigada Rural Local se forma en temas medioambientales

La Brigada Rural de la Policía Local de Altea está recibiendo unos cursos de formación en temas medioambientales. En esta semana, los agentes que forman esta brigada de vigilancia están siendo formados por parte del biólogo Joan Piera con instrucciones e información para detectar la existencia de plantas invasoras en zonas como el río Algar. Así lo ha anunciado el concejal de Medio Ambiente, Miguel Angel Capilla, junto con la delegada en Tráfico, Sara Gregori. A lo largo de la semana pasada y de parte de los agentes forestales de la oficina comarcal de Medio Ambiente se impartió un curso sobre la caza en vivo de pájaros autóctonos y las zonas de caza además de dar a conocer especies exóticas de animales introducidas en el municipio.

En relación a las plantas invasoras, “gracias al biólogo Joan Piera se informará a los policías sobre las plantas invasoras en el río Algar para que sean detectadas y la Brigada Rural pueda colaborar con las labores de exterminación de esta especie no autóctona”, indica Capilla. Esta Brigada Local se formó en 1986 y está formada por un oficial y 6 agentes de la Policía Local que se dedican a la vigilancia del medioambiente sobre todo en el río Algar y en la Sierra de Bernia, ha explicado el oficial Nicolás Emilio Rafael. La concejala delegada, Sara Gregori, ha estimado muy importante la formación en estos temas para los agentes y ha remarcado la colaboración estrecha con la concejalía de Medio Ambiente.

El biólogo ha citado el nombre de varias especies invasoras en el río Algar como el jacinto de agua, la ludwingia grandiflora y especialmente la más peligrosa, hydrocotyle ranunculoides o también llamada “redondita de agua”. “Esta planta invasora ha logrado desplazar al jacinto de agua y en poco tiempo ha invadido el río Algar por lo que es difícil de erradicar y es necesaria por tanto la colaboración de las brigadas rurales para detectar allí donde crezca” incide Piera añadiendo “se ha de controlar muchísimo pues donde crece no deja espacio para otras especies de flora o fauna e incluso puede bloquear entradas a centrales eléctricas o compuertas de pantanos”. En ese sentido, el biólogo confía en que la llegada del frío con las bajas temperaturas y la crecida del río con las lluvias puedan ayudar a los agentes medioambientales a su erradicación.