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Agricultura y Comercio facilitan al pequeño productor la venta en el mercado semanal

Agricultura y Comercio facilitan al pequeño productor la venta en el mercado semanal
  • Miquel Zaragoza anuncia la pronta obtención de la marca “L’Horta d’Altea”

Las concejalías de Agricultura y Comercio facilitarán a los pequeños productores la venta de frutas y verduras en el mercadillo que se realiza cada martes en la calle Filharmònica. La concejala, Carolina Punset, ha explicado quiénes son los beneficiarios de este nuevo espacio municipal “los pequeños productores que tienen excedentes o una producción que no es suficiente para canalizar a través de la Cooperativa Agrícola. Esos productos en ocasiones no cumplen los stándares de calidad para las grandes superficies pero sí son aceptables en un mercadillo pues son productos que no han sido tan tratados como los de gran producción”.

De esta manera, cada martes dos agricultores que previamente lo han solicitado a la concejalía mediante instancia, pueden vender sus productos en el espacio municipal donde constará la marca “L’Horta d’Altea” para identificar que son productos locales. En ese sentido, el concejal de Comercio, Miquel Zaragoza, ha anunciado la búsqueda desde la concejalía de la obtención de la marca “L’Horta d’Altea” así como ha destacado la finalidad de esta iniciativa “de nuevo estamos dando todo lo necesario para que los agricultores alteanos tengan una oportunidad de venta de excedentes en el mercado de los martes. Valoramos muy positivamente la propuesta de Agricultura ya que permitirá que los alteanos puedan adquirir productos frescos y sobre todo, locales, convirtiéndose en una vía más para dinamizar la economía del municipio”.

Por su parte, Punset ha enumerado todos los beneficios que se logran con la venta de producto local en el mercadillo; son productos frescos y de temporada que permiten preservar el medio ambiente “evitando traslados con camiones y reduciendo emisiones de CO2”; tienen más nutrientes y vitaminas y fomentan la nutrición saludable; se mantiene la biodiversidad en la flora y la fauna local y se recuperan variedades autóctonas “que son las mejores adaptadas a nuestro clima”; los productos locales son más seguros “pues conocemos al agricultor y las características de donde se producen las frutas y verduras –continúa Punset- y logramos con eso preservar el paisaje tradicional; se consigue una reducción del coste de intermediarios con lo que el agricultora obtiene más ganancias y es, por último, una inversión de futuro “si ayudamos al productor ahora, permitimos que nuevas generaciones también quieran ser agricultores”, finaliza la concejala.

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