Paseo marítimo, de los 20 metros al estudio de soluciones técnicas concretas
En 2003 el consistorio elaboró un proyecto que rechazó el Ministerio de Medio Ambiente y que el Gobierno central reconvirtió en la propuesta que hoy Costas estudiará
Almassora ha dado esta semana un paso más hacia la consecución de un paseo marítimo “justo y necesario” para la localidad. El alcalde, Vicente Casanova, se reunía el pasado miércoles en Madrid con la directora general de Sostenibilidad de la Costa y el Mar, Alicia Paz, para solicitar la afección mínima a propiedades en la ejecución de una obra cuya tramitación continuará.
Hasta alcanzar este compromiso, el municipio ha debido enfrentarse a reuniones, proyectos, alternativas, asambleas y consultas durante más de media década. Un periodo en el que el proyecto ha registrado notables variaciones gracias al esfuerzo y voluntad con los que la corporación y, sobre todo, el primer edil, han defendido las exigencias del municipio. “Hemos pasado de un paseo marítimo que inicialmente planteaba la ocupación de la zona de servidumbre de protección, los primeros 20 metros, a un proyecto, el actual, que se compromete a buscar las soluciones técnicas posibles a las propiedades de primera línea”. Una evolución notable que durante años ha generado tensiones, decepciones y también ilusiones.
Almassora iniciaba su andadura en el año 2003. A los pocos meses de alcanzar la alcaldía, Vicente Casanova encargaba a la ingeniería Ciopu, adjudicataria del proyecto del sistema de evacuación de pluviales financiado por la Generalitat Valenciana, el diseño de un paseo marítimo. Un proyecto que, “como nosotros siempre hemos reivindicado, discurriera por el tramo del muro y no alterara ninguna de las edificaciones existentes en la primera línea de costa”. El primer edil remitía ese mismo año el proyecto a la Jefatura Provincial de Costas y al Ministerio de Medio Ambiente. Sin embargo, la respuesta no llegó hasta que el consistorio se desplazó a Madrid para abordar la posible construcción de la infraestructura mientras se ejecutaba el proyecto de colectores en la playa.
“La postura de la entonces Dirección General de Costas fue firme y tajante”, ha recordado el primer edil. El proyecto debería construirse sobre la zona de servidumbre de protección, es decir, sobre los 20 metros de franja litoral que regula la Ley de Costas en las fachadas litorales. “La respuesta supuso un jarro de agua fría y desechó el trabajo que habíamos encargado desde el consistorio y que, pese a su condición humilde, no afectaba a ninguna de las propiedades situadas en nuestra primera franja litoral”, ha recordado el primer edil.
El Ministerio de Medio Ambiente asumió la redacción del proyecto que en 2007 llegaba a instancias municipales y provocaba la convocatoria de la reunión de la comisión constituida entre políticos y vecinos para abordar las condiciones de la nueva infraestructura. “Nuestra reivindicación es y ha sido siempre evitar la ocupación de propiedades para construir el paseo. Para ello, sólo era necesario desarrollar la infraestructura por encima del muro”.
Sin embargo, la posición de Costas también fue rotunda y sin matices a la hora de rechazar la demanda. Firme hasta el 18 de diciembre de 2008, cuando la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar mostró cierta flexibilidad a la hora de plantear la exclusión del derribo de viviendas de la materialización de la obra. El compromiso de Alicia Paz fue trasladado al ayuntamiento durante el primer trimestre y desgranado por la Jefatura Provincial de Costas que advertía que el proyecto no demolería las viviendas pero sí afectaría los porches y jardines situados en primera línea.
Hasta alcanzar este punto, “hemos reivindicado hasta en tres ocasiones la modificación del proyecto para evitar tocar un solo metro cuadrado de las propiedades”. Todas ellas se formularon en forma de moción al objeto de responder a los escritos remitidos por el Ministerio de Medio Ambiente. Respuestas formales a la postura oficial de la Dirección General de Costas y que fueron aprobadas el 5 de noviembre de 2007, el 3 de marzo de 2008 y el 8 de septiembre de ese mismo año. En ellas se solicitaba la construcción de un bulevar litoral que no obligara a expropiar propiedades, “no sólo las viviendas, sino que tampoco alterara porches o jardines”, ha recordado el alcalde.
Un proyecto en marcha
El primer edil reivindicó el pasado miércoles en Madrid la ejecución de un paseo marítimo “que provocara las mínimas afecciones”. Costas y Almassora trabajarán coordinadamente para que esta infraestructura sea factible “y que lo sea sin afecciones sangrantes y excesivas”, ha manifestado el primer edil. “Vamos a velar por el desarrollo del proyecto que, en la medida de que Costas nos permita, no altere en exceso las propiedades de primera línea”.
“Creo que hemos luchado durante mucho tiempo para conseguir lo mejor para nuestra costa y nuestro compromiso es seguir en ello. Hemos avanzado desde un primer proyecto que planteaba la ocupación de la zona de servidumbre de protección, a la ocupación de la zona de servidumbre de tránsito. En la práctica, hemos pasado de un paseo que ocupaba 20 metros de franja de dominio público a ocupar los seis primeros metros de la zona de servidumbre y a excluir de la ocupación los inmuebles”, ha señalado el primer edil. “Y seguimos firmes en nuestra reivindicación. Por ello, en el avance del procedimiento, que Almassora no puede dejar pasar, estaremos vigilantes para posibilitar una infraestructura que creo que todos consideramos de justicia”, ha concluido el alcalde.
