Ocho vecinos aprenden higiene postural en la residencia

Ocho vecinos de Almassora acuden desde el pasado noviembre a las clases de higiene postural que la concejalía de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Almassora ha puesto en marcha con carácter pionero y con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los mayores de 65 años. Inmaculada Esteller, regidora del área, ha destacado la buena acogida del servicio “que estamos estudiando mejorar para adaptar a las necesidades de los solicitantes”, ha manifestado.

El encargado de impartir las clases es el fisioterapeuta del centro municipal de mayores, Sergio Egea, que dirige el ciclo en el gimnasio que el servicio posee. Un espacio dotado con aparatos que pretende “mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos, ya que el curso va dirigido a todos los empadronados en la localidad”, ha manifestado la edil. La iniciativa, que dio comienzo el pasado noviembre a modo de proyecto piloto, abre nuevamente las instalaciones públicas a la ciudadanía promoviendo el centro como un servicio “abierto, activo y, sobre todo, emprendedor”, ha señalado Esteller.

El grupo, que acude una vez por semana, sigue abierto a los interesados que deseen aprender técnicas y fórmulas para mejorar su salud postural. Así, pueden tramitar su matrícula en las oficinas de Cultura, en la primera planta del edificio de la Biblioteca, donde además recibirán información concreta y detallada del programa.

El curso, que tiene un coste de 16,65 euros, está previsto se prolongue a lo largo del próximo año, “ya que confiamos que tras estas primeras matrículas se registren nuevos usuarios, de igual modo que ha ocurrido con otros talleres, como el de memoria”. Un curso que también se imparte en las dependencias municipales, en este caso a cargo de la psicóloga María Eugenia Gómez.

El curso de higiene postural “persigue no sólo mejorar los movimientos y posturas de los usuarios, sino que además pretende servir como un canal para trabar nuevas amistades y establecer relaciones que siempre son fructíferas”, ha considerado Esteller. Con la intención de evitar el sedentarismo, las actividades que se desarrollan son moderadas dirigidas a mantener el tono muscular con ejercicios suaves, de coordinación y organización tempo-espacial y óculo-mental, entre otras.

Asimismo, también se realizan prácticas de coordinación dinámica y educación esquemo-temporal, así como técnicas de relajación a través de la respiración. “En definitiva perseguimos mejorar la calidad de vida de nuestros usuarios”, ha considerado Egea. Una circunstancia que ha reiterado Esteller asegurando que la propuesta, además de conseguir mejoras en el individuo a través de ejercicios, “también permitirá emplear el tiempo de ocio de nuestros vecinos activando el cuerpo y también la menta”, ha señalado la concejala.