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La Fira de Sant Andreu reabre sus puertas tras recibir más de 4.000 visitas en su jornada inaugural

La Fira de Sant Andreu reabre sus puertas tras recibir más de 4.000  visitas en su jornada inaugural
  • La tradicional feria congrega a una treintena de actores en las callejuelas del casco antiguo que animan e invitan a la visita del concurrido mercado

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Almassora se ha despertado hoy temprano para sumergirse en el mercado medieval que desde ayer sábado se asienta en su casco antiguo. Tras recibir más de 4.000 visitas durante la jornada inaugural, una treintena de actores se empeñan desde media mañana en invitar a vecinos y visitantes a adentrarse en este foro de comerciantes en el que “todos nos podemos convertir, por un día, en bufones, caballeros o princesas”.

Nuria Felip, regidora de Cultura en el Ayuntamiento de Almassora, ha reconocido el trabajo desarrollado por el departamento técnico municipal para posibilitar “el desarrollo de esta nueva edición del certamen”. Una undécima convocatoria en la que “los más pequeños tienen la oportunidad de convertirse en personajes del Medievo solo con situarse detrás del photocall que se ha instalado en la plaza Mayor”.

Una actividad a la que se suman un conjunto de propuestas dirigidas a entretener y divertir a los más pequeños. Paseos en poni o en dromedario, tiro con arco, teatro infantil, norias y tiovivos de otras épocas, “están dispuestas para atender las demandas de los niños y niñas que se congreguen en la feria, puesto que ellos son, en esta edición, los verdaderos protagonistas”.

Además, los pequeños tendrán la oportunidad de disfrutar de una partida de pelota valenciana, en la calle San Cristóbal, que se prolongará hasta las 13.30 horas. Un pasacalle inundará de música la Vila y un espectáculo con arco invitará a los presentes a las 12.30 horas. El teatro, con la obra “El doctor Sansaloni”, será el encargado de conducir a los asistentes hacia el mediodía desde la plaza Mayor. Un espectáculo que espera congregar a centenares de vecinos, que tendrán la oportunidad de asistir a las prácticas de lucha que se desarrollarán en la plaza de la Iglesia, y que tras el “Cercavila del bon fartar”, darán un descanso a los visitantes.

La actividad continuará a las 17.00 horas, con una exhibición de cetrería animada por un espectáculo itinerante. El tiro con arco, el espectáculo humorístico musical “Romanços i bergants”, así como un torneo de caballeros en el campamento animarán la actividad de una jornada “en la que esperamos recibir otras tantas visitas, puesto que la previsión meteorológica es buena y mucha gente ha dejado para la segunda jornada la visita al mercado”, ha señalado Felip.

“La farsa de l'espantall”, una comedia burlesca con fuego, y un pasacalle musical despedirán esta undécima edición en la que han tomado parte varias asociaciones y entidades de la población, como la UIM La Esmeralda, la Sección de Tambores y Bombos de la Hermandad del Santísimo Cristo del Calvario, así como la Asociación de Moros y Cristianos de Almassora. Igualmente, el Ayuntamiento de Almassora ha contado con la profesionalidad y experiencia de La Fragua de Vulcano, los Caballeros de Llíria, la cetrería de José Luis Ortiz y El Ball de Sant Vito.

Un legado de la historia
Almassora se ha de remontar al 6 de mayo de 1398 para recordar el privilegio que el Rey Martín, El Humano, concediera a la villa para celebrar un mercado de productos anual. Esta feria, que tenía una duración de 22 días y que comenzaba en la festividad de Todos los Santos, coincidiendo con el mercado que Castellón, cambiaría de fecha el 8 de octubre de 1401.

Desde entonces, y para evitar las coincidencias, la de Almassora pasaría a celebrarse a partir del 30 de noviembre, día de la festividad de Sant Andreu, manteniendo la duración otorgada en el siglo XIV. La decisión, que fue ratificada el 30 de junio de 1402 en Valencia, perdura hoy en la población. “En el año 2001 se celebró la primera Fira de Sant Andreu que hoy continua, como muestra viva de aquellos mercados medievales que en Almassora adquirieron gran importancia, y donde los artesanos y agricultores acudían con sus productos del campo para vender frutas, cereales, cáñamo, herramientas, además de vino y aceite”.

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