Almassora hace historia en el Edicom

No todo fueron alegrías para los aficionados castellonenses que se desplazaron el pasado viernes al trinquete de Massalfassar, pues la sesión vespertina, en la que se disputaban las dos finales de tercera, no comenzó todo lo propicia que se esperaba para los equipos finalistas de nuestra provincia, el de Castelló de la Plana y el Almassora C. Los jugadores del Castelló, pese a no bajar los brazos durante todo el encuentro, que les enfrentaba a la técnica formación del Riba-roja B, no terminaron de adaptarse al trinquete, acusaron en exceso los nervios propios de toda final. Un encuentro complicado, en el que sus rivales no dejaban de pasar la pelota por encima de la cuerda, devolviendo todos los pelotazos, que con intención, daban Iván, Lluís y Manuel, componentes del equipo de la Plana. Los tres cumplieron cada uno sus funciones, pues son jugadores que no en balde se han ganado el ascenso a la categoría de plata para la próxima edición, pero los del Camp de Turia tuvieron a Josvi y Óscar, resto y “mitger”, respectivamente, como principales referentes, devolviendo casi todas las pelotas, rematando el “quince” cuando era posible. El 70 a 35 final reflejado en el marcador no demuestra la intensa partida que disfrutaron los espectadores presentes.

En la última final de tarde, la correspondiente a la categoría de tercera B, Almassora C logró hacerse con el trofeo de campeón, tras quedar a las puertas del mismo hace un par de temporadas, en las que cedió el campeonato a manos del club verdugo castellonense, Riba-roja. En esta ocasión, se enfrentaron a Torrent C, equipo con mucho potencial que vio como los nervios los sacaban de la partida. Esto viene demostrado porque a mediados de la partida, una pelota dudosa fue airadamente protestada por la afición torrentina, desubicando seriamente a sus jugadores, que ya no volvieron a centrarse en el encuentro. Isaac y Miguel, principales jugadores del club de la Horta Sur, con los nervios a flor de piel, ya no opusieron la inicial resistencia, y paulatinamente, los juegos empezaron a caer siempre de la formación de Almassora. Sus jugadores, siempre sosegados por el resto Omar, quien no paró de pedir calma a sus compañeros en todo el encuentro, continuaron jugando como saben, y Rafa, el “mitger” del equipo, no paró de hacer quinces, mientras el “feridor” Israel seguía poniendo en apuros a sus rivales. Finalmente, consiguieron dejar el electrónico en un 70 a 35 que, este sí, confirma la superioridad del equipo castellonense en la gran final.

El Club de Almazora es de los tres más importantes de Castellón, por número de jugadores de su club, jugadores de su escuela y nº de socios. Además es uno de los que más actividades realizan a lo largo del año. Todo este trabajo lo realizan sin una instalación específica donde entrenar y competir a pesar que hace años que tienen la promesa del Consistorio local y un proyecto deportivo donde iba ubicado un trinquete, que no se sabe muy bien porque motivos esta instalación desapareció en perjuicio del deporte autóctono de esta población. El Club ha encontrado ayuda en los clubs de alrededor (Burriana, Vila-real y seguramente que Castellón en los próximos campeonatos), pero hasta cuando aguantara esta situación... De momento la solución, es la “caridad” de los clubs vecinos y obliga a los jugadores, delegados y directivos a realizar un tremendo esfuerzo económico y un gran sacrificio ya que pierden muchas horas en desplazamientos y nunca pueden jugar en su casa. El mérito de Almazora es muy grande ya que en estos momentos es uno de los pocos clubs de la Comunidad Valenciana que se encuentra en esta situación, y entre estos es el que mayor participación tiene en campeonatos oficiales. Por lo que hay que dar una matricula a los jugadores que han conseguido este éxito y a los directivos por su esfuerzo, dedicación, trabajo y por saber motivar en estas condiciones a sus jugadores y aficionados para que continúen practicando la pilota valenciana. Esperemos que se pueda encontrar una solución a este factor limitante, de no disponer de instalación específica.