elperiodic.com
SELECCIONA IDIOMA
Valencià

El siglo XIX en El MUBAG. De la formación a la plenitud de un artista

El siglo XIX en El MUBAG. De la formación a la plenitud de un artista
  • Reconocimiento internacional Mariano Benlliure: Anécdotas ornamentales

  • Sala exposición permanente, primera planta

  • Del 22 de enero al 04 de septiembre de 2016

MÁS FOTOS
El siglo XIX en El MUBAG. De la formación a la plenitud de un artista - (foto 2)
El siglo XIX en El MUBAG. De la formación a la plenitud de un artista - (foto 3)
El siglo XIX en El MUBAG. De la formación a la plenitud de un artista - (foto 4)
El siglo XIX en El MUBAG. De la formación a la plenitud de un artista - (foto 5)

La exposición permanente del museo EL SIGLO XIX EN EL MUBAG. De la formación a la plenitud de un artista finaliza su recorrido en el espacio denominado RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL. Este espacio se dedica anualmente a una figura destacada del panorama artístico del XIX con relevancia internacional.

En este espacio se muestran varias obras del artista seleccionado acompañadas de un texto introductorio que lleva por título Reconocimiento Internacional y que muestra la trayectoria artística de la figura elegida y un panel explicativo en el mismo espacio más específico de las obras que se van a poder contemplar.

Desde la inauguración de la exposición permanente, en diciembre de 2012, este espacio se ha dedicado a la figura de Joaquín Sorolla y Bastida, uno de los artistas españoles del siglo XIX más universal. La inestimable colaboración con el Museo Sorolla de Madrid nos ha permitido mostrar en este espacio por partida doble obras de este gran artista valenciano. En un primer momento, desde la inauguración hasta principios de 2014, obras con el mar de Jávea como protagonista fueron las elegidas. Finalizado este primer préstamo temporal se procedió a renovar las obras y el espacio, y se contó de nuevo con el apoyo y las obras del Museo Sorolla. Esta segunda, “mini muestra” titulada “Sorolla en Jávea, una inspiración costumbrista”, muestra obras de Sorolla que representan los oficios de los cordeleros y los paseros, que permanecerán en las salas del museo hasta marzo de 2015.

En estos momentos creemos que debemos dar paso a otros artistas reconocidos internacionalmente y entre ellos hemos seleccionado al escultor valenciano Mariano Benlliure y Gil para que sea el protagonista de este espacio, en su tercera edición.

La exposición Mariano Benlliure: Anécdotas ornamentales

El reconocimiento alcanzado internacionalmente por el maestro valenciano y su vinculación con la provincia de Alicante en el tramo final de su vida nos han llevado a dedicarle este espacio.

A lo largo de su trayectoria artística, Benlliure cultivó diferentes modalidades escultóricas: monumentos públicos y funerarios, retratos, imaginería religiosa, artes decorativas y medallística, en las que experimentó con diversos materiales y formatos. Entre todas ellas hoy destacamos su vertiente decorativa con una selección de piezas procedentes del Museo de Crevillent que englobamos dentro del título “Anécdotas ornamentales”.

Dentro de su amplísima producción escultórica realizó proyectos decorativos para la aristocracia y burguesía de su época, como el friso de angelotes para el Palacio del Conde de Romanones, las fuentes para la escalera monumental del Palacio de los Duques de Medinacelli, ambos en Madrid, además del gabinete de las bellas artes del Palacio del banquero Ignacio Bauer y la ornamentación de su Casa,estudio en la calle Abascal, también en la capital española, y a los que pertenecieron las piezas de esta exposición.

Saloncito Bauer

Posiblemente en 1895, Mariano Benlliure, comenzó el proyecto del “saloncito Bauer”, una sala rectangular, cubierta por un lucernario abovedado, que dedicó a las bellas artes y decoró con grandes relieves de mármol, frisos de madera, zócalos de bronce y esculturas exentas, entre muchos otros motivos ornamentales. Tras la guerra civil el gabinete se desmontó y su decoración se dispersó por colecciones públicas y privadas, quedando localizadas gracias a dos acuarelas donde el artista plasmó todo su proyecto.

A ese saloncito correspondían, Armonía, uno de los dos relieves de inspiración clásica, que ornamentaban uno de sus extremos, y este fragmento del gran Zócalo que recorría todo el perímetro, que se conserva casi en su totalidad. Benlliure modeló, en su relieve alegórico de mármol de Carrara, dos musas tocando el aulos y la lira enmarcadas por una arquitectura de orden jónico de madera de cedro. En cambio, utilizó el bronce para la parte superior del zócalo con la creación de seres mitológicos como ninfas, sátiros, bucráneos que se suceden de forma rítmica junto a ánforas y cántaros entrelazados por una guirnalda floral. La parte inferior, no conservada, era lisa y de mármol verde.

Casa-estudio de Mariano Benlliure

Otro de sus proyectos decorativos fue el de su propia casa-estudio, construida entre 1910 y 1912, de la que se ocupó personalmente de la decoración de las principales estancias, del jardín y de la ornamentación de la fachada. Un precioso inmueble demolido después de su muerte y del que se conservan numerosas piezas ornamentales.

Esta ánfora báquica, Bacanal, es una primera versión realizada en Roma en 1888 de la que luego ejecutaría para su jardín con unas pequeñas variantes. Benlliure conjugó en esta joya artística sus dos materiales predilectos: mármol y bronce. El pedestal triangular giratorio de mármol de Carrara contiene en sus tres aristas hermosas mujeres desnudas que a manera de cariátides soportan el cuerpo superior formado por el trípode y la monumental ánfora de bronce. Los tres sátiros cornudos que configuran el trípode fijan su mirada en el espectador y sujetan sobre sus espaldas el gran vaso del que destacamos su zona central casi en altorrelieve con la ceremonia báquica ritual. El tremendo movimiento conseguido en la danza del corro de sátiros y bacantes se supera en las dos figuras que forman las asas y parecen escapar de la escena principal.

En el mismo jardín, pero en la fachada que daba a su estudio, realizó un friso corrido adornado con amorcillos y guirnaldas vegetales, rematado en ambas esquinas por parejas de adolescentes que sellaban sus labios con un beso. Estos conjuntos denominados Idilios mostraban el gran estudio por parte de Benlliure de la anatomía humana, que podemos observar en la bella figura femenina conservada de cerámica vidriada y policromada. Fue el comienzo de Benlliure en el uso de este material que le permitió dotar de color y brillo a la escultura.

Ya en el interior de la casa, en el comedor y encima de un gran espejo se encontraba un bajorrelieve en escayola titulado La Danza que decoraba la estancia, del cual exhibimos un fragmento. De nuevo, una sucesión rítmica de mujeres desnudas danzando, que el escultor gracias a su maestría, consigue dotar de un gran movimiento y captar todos los volúmenes del cuerpo.

Las 5 piezas que forman parte de la exposición procedentes del Museo Municipal Mariano Benlliure de Crevillent

MARIANO BENLLIURE Y GIL (Valencia, 1862 – Madrid, 1947)

La Danza o Bailarinas Desnudas, 1910
Escayola patinada, 10x60 cm
Fragmento del friso del comedor de la casa-estudio de Benlliure en Madrid
Museu Municipal Mariano Benlliure, Crevillent

Zócalo de ninfas, sátiros, bucráneos, ánforas y cántaros, 1897
Bronce, 62x193x19 cm
Fragmento del zócalo que recorría el saloncito Bauer en Madrid
Museu Municipal Mariano Benlliure, Crevillent

Idilio, 1912
Cerámica vidriada y policromada, 110x60 cm
Figura femenina que decoraba parte de la fachada posterior de la casa-estudio de Benlliure en Madrid
Museu Municipal Mariano Benlliure, Crevillent

Armonía, 1897
Mármol y madera, 85x63 cm
Relieve que formaba parte de la decoración del saloncito Bauer en Madrid
Museu Municipal Mariano Benlliure, Crevillent

Ánfora báquica o Bacanal, 1888
Bronce y mármol, 253x80x70 cm
Realizada durante su estancia en Roma
Museu Municipal Mariano Benlliure, Crevillent

Relación de Mariano Benlliure y la provincia de Alicante, más concretamente con Crevillent

En los últimos años de su vida, Mariano Benlliure, comenzó una estrecha relación con la ciudad vecina de Crevillent, más concretamente en 1944. La realización de imaginería religiosa por parte del escultor llevó a esta localidad alicantina a encargarle nueve tallas, convirtiéndose en la ciudad que más obra religiosa procesional posee del artista. Esta vinculación promovió la creación del Museo Mariano Benlliure en Crevillent que abrió por primera vez sus puertas en 1961.

El Museo Municipal Mariano Benlliure en Crevillent

La gestación y ubicación de este museo ha ido evolucionando conforme han pasado los años. La idea de creación del museo surgió en vida del escultor, obteniendo su beneplácito, por parte de una familia crevillentina apellidada Magro, que con su entusiasmo y tenacidad consiguió reunir gran cantidad de obras de Benlliure además de las que se trasladaron a Crevillent después su muerte. Colección que aumentó gracias al interés del Patronato de Semana Santa, a las adquisiciones por parte del Ayuntamiento y a las donaciones y depósitos que se sucedieron a lo largo de los años, logrando atesorar a fecha de hoy un conjunto de más de trescientas piezas aparte de un extenso fondo documental.

El museo inició su andadura en un edificio de la calle Corazón de Jesús, pero un año más tarde, después de solicitar su reconocimiento a la Dirección General de Bellas Artes, se trasladó a otro lugar más adecuado, la cripta de la Iglesia parroquial Madre de Dios de Belén. Este espacio quedó insuficiente al ser una colección en proceso de crecimiento, por lo que se añadió en 1985 un “anexo”, en un edificio cercano, quedando el museo articulado en dos sedes independientes, cripta y anexo.

En el año 2000 ambos espacios se clausuraron para así preparar un gran proyecto arquitectónico y museográfico que se centraría en mostrar 128 obras repartidas en diferentes ámbitos expositivos, que vio la luz el 4 de abril de 2012 con la inauguración del nuevo Museo Municipal Mariano Benlliure.

Biografía y trayectoria artísitica de Mariano Benlliure y Gil (Valencia, 1862 – Madrid, 1947)

Mariano Benlliure es uno de los escultores europeos de entre siglos más famoso, siendo considerado el último gran maestro de la escultura realista decimonónica. Su obra, presente en España e Italia, pero también en Iberoamérica, lo elevó al pleno reconocimiento internacional.

Nacido en el seno de una familia de artistas, en 1881 acude a Roma sin ninguna ayuda oficial y se instala en un estudio de la Via Margutta que mantuvo cerca de veinte años y en el que compaginaba sus encargos romanos con otros de España. Desde Italia presenta a la Nacional de 1884 Accidenti! y con él su primer premio, una Segunda Medalla.

Con motivo de su segundo viaje a París, en 1885, modela en barro el Busto de Francisco Domingo, fundido en bronce posteriormente en 1920 tras el fallecimiento del pintor. De él toma Mariano el virtuosismo técnico y el cuidado en los detalles. Con esta obra comienza su fama internacional recibiendo medallas en las exposiciones de Berlín, Múnich y Viena.

La Medalla de Honor le llega en la Exposición Nacional de 1895 por Estatua de Trueba. En este mismo año, le ocurren grandes acontecimientos profesionales y personales: realiza el proyecto para la decoración del Saloncito Bauer , establece su estudio en Madrid, aunque conserva el romano, y conoce a Lucrecia Arana con la que pasa sus treinta años más fecundos como escultor.

En 1900, coincide con Sorolla en la Exposición Universal de París y recibe una medalla de Honor de Escultura por las obras presentadas. La difusión de su obra en el ámbito internacional continúa en 1909, en la X Exposición Internacional de Múnich en la que presenta una bailaora. En 1910 concurrirá a la de Arte Español en Bruselas y la Exposición Internacional de Buenos Aires.

Nombrado miembro de la Hispanic Society of America (Nueva York), en 1913, su presidente Archer Milton Huntington le encarga esculpir un conjunto de personajes ilustres de la vida cultural y política españolas. Entre ellos el de su gran amigo Sorolla, con quien comparte el estilo de atrevidos ritmos, uno para pintar y otro para modelar, y que en Benlliure seducen como pasos de danza.

En la última etapa de su vida, la figura de este valenciano también estuvo presente en el ambiente artístico alicantino. Durante el pensionado de Vicente Bañuls en Roma lo acoge en su estudio, entablando una relación profesional que les llevaría a la preparación conjunta del Monumento a Canalejas en Alicante, aunque finalmente fue realizado únicamente por Bañuls. Pero el hecho más significativo es su vinculación a Crevillente al realizar encargos de imaginería religiosa y participando el propio Benlliure en la gestación del museo que lleva su nombre.

Subir