El II Seminario de Comunicación Política e Institucional constata la profesionalización de esta actividad

Los expertos que han participado estos días en el II Seminario de Comunicación Política e Institucional, celebrado en el ADDA y organizado por el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, han coincidido en resaltar la profesionalización, cada vez mayor, de la comunicación política. Al mismo tiempo, han planteado como reto el desarrollo de un código ético y unas reglas que definan esta actividad.

Más de 200 personas, especialmente estudiantes universitarios, periodistas, investigadores, profesores y profesionales de la comunicación han participado en este encuentro que ha contado con ponentes como el director de la Fábrica de Discursos y autor del libro ‘Tus gestos te delatan’ Fran Carrillo o el portavoz del Parlamento Europeo Jaume Duch.

El seminario ha planteado tres conceptos relacionados entre sí: la profesionalización, el profesionalismo y la profesión de la comunicación política. Respecto al primero, que es sobre el que más se ha profundizado, se ha concluido entre otros aspectos, según recoge el informe final de las jornadas, que “hemos pasado de la adolescencia a la juventud de la profesión. El trabajo del comunicador político tiene entidad. Se han desarrollado programas de formación de gran calidad en un contexto universitario”.

Otra de las conclusiones a las que se ha llegado es que “esta profesionalización se ha desarrollado en ámbitos específicos como son la publicidad política, los spots electorales, la gestión de las redes sociales y el speech writing”. Asimismo, durante el encuentro se ha constatado que las instituciones públicas y políticas están dedicando más recursos a la creación de una mayor capacidad comunicativa, lo cual es una seña de profesionalización.

De cara al futuro, uno de los retos que se han planteado en el seminario es la necesidad de desarrollar un código ético y establecer un ámbito de conocimiento específico, además de bienes sustantivos, que definan la práctica de la comunicación política. “Que sepamos definir cuáles son los bienes que persigue la comunicación política y cuáles son las reglas de juego mínimas”, concluye el informe.