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Una investigación liderada por la UA apunta que las lentes progresivas ocupacionales disminuyen la prevalencia del síndrome visual informático

Una investigación liderada por la UA apunta que las lentes progresivas ocupacionales disminuyen la prevalencia del síndrome visual informático
  • Según el estudio realizado en usuarios de lentes progresivas generales, a los tres meses de usar las lentes ocupacionales la prevalencia del síndrome bajó del 68,1% al 18,8%

  • Este trastorno visual afecta a más del 70% del personal de la Administración Pública y se produce por un uso prolongado de pantallas electrónicas: ordenador, tabletas, móviles…

Investigadores de la Universidad de Alicante (UA) han llevado a cabo un estudio en trabajadores de la misma universidad mayores de 45 años, todos ellos usuarios de lentes progresivas generales y dispositivos digitales, para estimar la prevalencia del Síndrome Visual Informático (SVI). Este trastorno, que produce problemas como visión doble o borrosa, ojo seco e incluso dolor de cabeza, afecta a más del 70% del personal de la Administración Pública y la Educación por un uso prolongado de pantallas electrónicas: ordenador, tabletas, móviles…

Uno de los puntos claves de este trabajo, publicado recientemente en las revistas científicas Ophthalmic and Physiological Optics y Journal of Environmental Research and Public Health, ha sido comparar el SVI que se percibe con el uso de dos diseños de lentes: progresivas de uso general vs. ocupacionales. Según los resultados, la prevalencia de SVI con sus propias lentes era del 68,1%. Una vez actualizada la refracción, a los tres meses de emplear las progresivas de uso general disminuyó al 33,3% y, a los tres meses de emplear las progresivas ocupacionales, esta cifra bajó hasta el 18,8%.

El SVI puede producirse por factores de riesgo en el puesto de trabajo como una mala iluminación, brillos en la pantalla, distancias de trabajo y posturas inadecuadas, condiciones nocivas de temperatura y humedad o por una combinación de todos ellos. Pero existen factores de riesgo propios del trabajador que también pueden agravar esta sintomatología como el sexo, la edad, padecer ciertas enfermedades sistémicas y/o síndromes relacionados con el ojo seco, el uso de algunos fármacos y lentes de contacto, entre otros. En este sentido, la investigación realizada desde la UA evidencia que “tanto las mujeres como aquellos que trabajaban con una postura de cuello o iluminación inadecuada presentaron el triple de probabilidad de sufrir este síndrome. Asimismo, los trabajadores que no presentaron errores refractivos de lejos tenían más probabilidad que los miopes, hipermétropes o astígmatas de mejorar con las lentes ocupacionales”, señala la investigadora principal y profesora del Departamento Óptica, Farmacología y Anatomía de la UA Mar Seguí.

Tras el seguimiento realizado durante un año, “el 73,9% de los trabajadores eligió las lentes ocupacionales como su primera opción para el uso de ordenador, en comparación con el 17,4% que prefirió las lentes progresivas de uso general”, añade la experta de la UA.

Recomendaciones

Tal y como explica la investigadora de la UA, “los resultados de este estudio ayudan a guiar a los profesionales de la salud visual a recomendar las lentes progresivas ocupacionales como diseño más adecuado para los trabajadores usuarios de ordenador, no solo en base a las mejoras ópticas, sino también con una evidencia probada de que disminuyen la sintomatología que percibe el trabajador, proporcionando así una mejor asistencia a esta población”.

Además, “resulta especialmente recomendable mejorar la formación e información de los trabajadores sobre la importancia de mantener niveles de iluminación y posturas ergonómicas adecuadas para reducir los síntomas que provoca el SVI durante el uso de dispositivos digitales y ganar calidad de vida en el puesto de trabajo”, destaca Mar Seguí.

Metodología

El estudio se realizó en 109 trabajadores (62 hombres y 47 mujeres) de la UA, mayores de 45 años y usuarios de lentes progresivas generales y ordenadores de sobremesa. Al inicio del estudio se citó a cada uno de ellos para evaluar y conocer su estado refractivo y, posteriormente, se les proporcionó la compensación adecuada mediante la adaptación de dos diseños de lentes oftálmicas: las progresivas de uso general y después las ocupacionales. Cada uno de los diseños se utilizó durante tres meses en el puesto de trabajo.

El SVI se midió mediante el cuestionario CVS-Q© diseñado y validado por personal del Departamento de Óptica, Farmacología y Anatomía y del Grupo de Investigación en Salud Pública de la UA en 2015. Además, se recogió información acerca de la exposición a ordenador, así como sobre aspectos ambientales y ergonómicos en el puesto de trabajo.

Financiación

Este estudio se ha desarrollado gracias a dos proyectos de investigación financiados por la Generalitat Valenciana (GV/2017/187) y por la Fundación PREVENT (PREVENT17-02). El equipo de trabajo, liderado por la profesora Mar Seguí, ha estado formado por la estudiante del programa de Doctorado en Ciencias de la Salud María del Mar Sánchez, y los profesores de la UA Begoña Doménech y Joaquín Doménech, del Departamento de Óptica, Farmacología y Anatomía, y Francisco Brocal del Departamento de Física, Ingeniería de Sistemas y Teoría de la Señal.

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