La identidad de lo alicantino centró la 4ª jornada del III Ciclo Cultural “Ciutat i Festa” organizado por la Foguera Gran Vía-Garbinet
Cada uno, desde su punto de vista, centró su mirada en la necesidad del respeto y la constante divulgación del pasado y la historia de nuestra ciudad, especialmente a niveles pedagógicos, destacando por un lado los logros que en este sentido se vienen ofreciendo en los últimos tiempos, y por otro lado lamentando la escasa permeabilidad que esa capacidad de atender a dicho pasado, tiene entre las nuevas generaciones de ciudadanos, o incluso colectivos que se han sumado a nuestra ciudad en los últimos tiempos, promoviendo su espectacular crecimiento.
De un lado, Amores se centró en el olvido que se sigue manteniendo sobre figuras que fueron importantes en el pasado de nuestra ciudad, como Quijano –quien libró a la ciudad de una epidemia- a pesar de residir en Alicante apenas un mes- o tantas y tantas figuras que sin haber nacido aquí, habían ofrecido más a la ciudad que muchos habitantes nacidos en nuestro suelo.
Por su parte, Picó destacó en su alocución la relativización del concepto de “orgullo” de ser alicantino, señalando que en el interior de cada habitante de nuestra ciudad han de quedar aquellos elementos que considere dignos de representar ese sentimiento. En ese sentido, citó ejemplos concretos que en su vida diaria ofrecían ese sentimiento o, en su defecto, otros generalmente considerados como tales, pero que a él le ofrecían frialdad.
El debate resultó muy animado, comentándose hechos concretos e incluso anécdotas que revelan sobre todo la pequeña historia de una ciudad que quizá no haya legado grandes logros, pero sí alberga elementos de suficiente interés en su pasado. Hay que señalar que la jornada se inició con la proyección de unas imágenes de la película “La 4ª Carabela” rodadas en Alicante en 1959, en las que paradójicamente se contaba con la presencia de un joven Antonio Ozores, fallecido ese mismo día.
