Monseñor Osoro preside mañana en Algemesí la fiesta de la beata Josefa Naval
Con una misa a las 17 horas y la posterior procesión
El arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, presidirá mañana, domingo, en Algemesí, una eucaristía solemne en honor a la beata Josefa Naval, natural de la localidad, cuya festividad litúrgica se celebra cada 6 de noviembre.
La ceremonia dará comienzo a las 17 horas en el templo de San Jaime, y contará con la participación de fieles procedentes de diferentes localidades de la comarca de la Ribera Alta, así como de las ciudades de Valencia y Castellón, según han indicado a la agencia AVAN fuentes parroquiales, que han añadido que “la celebración se traslada al domingo para facilitar la asistencia de fieles de fuera de la localidad”.
Tras la ceremonia, la imagen de Josefa Naval, una talla esculpida en madera en el año 1989, con una reliquia suya, recorrerá las calles de la población llevada por los devotos. Igualmente, a lo largo de todo el día, la iglesia permanecerá abierta para que “los fieles puedan visitar el sepulcro de la beata”.
Además, el pasado martes, festividad litúrgica de la beata, tuvo lugar la celebración de una eucaristía en la capilla de la casa natalicia de Josefa Naval, en la que actualmente vive la Congregación de Misioneras de la Divina Providencia, fundada por Bernardo Asensi, bajo el carisma de la beata.
Por otra parte, la parroquia San Jaime Apóstol de Algemesí colabora, actualmente, con la primera parroquia en el mundo dedicada a la beata Josefa Naval, que se encuentra en un barrio marginal de la ciudad de Santo Domingo, capital de la República Dominicana, para su ampliación.
Además, desde hace más de un año se puede adquirir el dvd con la película-documental sobre la beata que realizó la productora argentina “San José”, cuyas ventas “también son destinadas a la ampliación de la parroquia dominicana”, han añadido.
Josefa Naval Girbés
Josefa Naval, en la actualidad en proceso de canonización, nació en Algemesí el 11 de diciembre de 1820. Guiada espiritualmente por el párroco Gaspar Silvestre, sintió la vocación de ayudar en la formación humana, profesional y cristiana de niñas, jóvenes y también de madres de familia.
A los 28 años, convirtió su propia casa en una escuela-taller de bordado, donde unía la formación profesional a la espiritual. El papa Juan Pablo II la proclamó beata el 25 de septiembre de 1988.
