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El Museu de Ceràmica recibe la donación de dos importantes colecciones de moldes

El Museu de Ceràmica recibe la donación de dos importantes colecciones de moldes
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    El Museu de Ceràmica recibe la donación de dos importantes colecciones de moldes - (foto 2)

    El Museu de Ceràmica de l'Alcora sigue enriqueciendo sus fondos. Si hace poco se anunciaba la cesión en depósito del pavimento de "la Comedia del Arte", propiedad del Museu del Disseny de Barcelona, en esta ocasión el centro museístico de la capital de l'Alcalatén ha recibido la donación de 2 importantes colecciones de moldes.

    Las donaciones, que prácticamente han coincidido en el tiempo, han sido realizadas por los herederos de dos grandes ceramistas escultores del siglo XX: Vicente Artero Aicart y Cristóbal Carnicer Bou.

    Vicente Artero (1914-2007), entró a trabajar en la Real Fábrica a los 12 años; tras la Guerra Civil retoma la actividad revisando y restaurando los moldes, para volver a ponerlos en uso. Entre 1944 y 1948 trabajó en la fábrica Ramos y Cía, y posteriormente se trasladó a Porcelanas del Bidasoa (Irún) con Godofredo Buenosaires.

    Por su parte, Cristóbal Carnicer (1932-2002) se formó en la escuela de la fábrica de Ramos y Cía, bajo la tutela de Godofredo Buenosaires, en la que entró como aprendiz con 12 años. Allí obtiene una sólida formación en modelado y escultura, actividad que abandonó para hacerse cargo del negocio familiar. Con el tiempo fue retomando su verdadera vocación, elaborando numerosas esculturas originales fruto de su creatividad, y también réplicas de modelos clásicos.

    Ambos fueron protagonistas de una exposición titulada "La escultura en la Real Fábrica del Conde de Aranda", organizada por el Museu de l'Alcora en 2004-2005, que revisó la producción escultórica de la manufactura del Conde de Aranda y la huella que esta dejó en otros escultores posteriores, ya en el siglo XX. La escultura fue importante en la Real Fábrica del Conde de Aranda, sobre todo a partir de mediados del siglo XVIII, con la figura de Julián López. Se realizaron pequeñas figuritas, grupos escultóricos, placas en relieve, bustos, imágenes religiosas, etc. Esta tradición perduró hasta la fábrica de Severino Ramos, en la década de 1940, y se ha mantenido viva durante el siglo XX gracias a Vicente Artero, Cristóbal Carnicer y otros artistas como Joaquín Rull, Manuel Pastor o Joaquín Chiva.

    La donación de moldes de Artero y Carnicer supone "una gran aportación a los fondos del Museu de Ceràmica de l'Alcora". Su director, Eladi Grangel, ha manifestado que "es un material doblemente valioso para nosotros; por una parte, para conocer mejor una fase de la historia de nuestra cerámica; por otra, porque el gesto de las respectivas familias supone un acicate y un reconocimiento a la labor del Museo como garante de la preservación de nuestro patrimonio cerámico. El Museo es de todos, y gestos como estos demuestran que la sociedad así lo siente".

    Según Grangel, "el Museo ya disponía de varias esculturas de ambos ceramistas, y ahora con los moldes que usaron durante su trayectoria artística se podrá documentar mejor su obra y su técnica. El trabajo de los últimos escultores merece ser reivindicado y merece un espacio adecuado en la historia de la cerámica de l'Alcora".

    Con esta doble donación, el Museo acaba 2016 con un balance "extraordinario" de ingresos por esta vía, pues en las Fiestas del Cristo ya se presentaron las piezas donadas por Marisa Ripollés Nomdedéu y por Francisco Villalonga García-Petit. "Sin duda, toda una inyección de confianza de los alcorinos hacia su Museo".

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