L’Alcora repartirá 8.000 Prims el sábado por Sant Antoni
La Recua Arriera desfilará engalanada por las calles del centro, símbolo de una tradición que se remonta al s.XVIII durante la época del Conde de Aranda
L´Alcora, capital de la comarca de l´Alcalatén, viene celebrando desde tiempos medievales la conocida y popular fiesta de Sant Antoni, también denominada “matxà”. En la villa cerámica el papel de los ‘matxos’ fue especialmente relevante en lo que respecta al comercio de la cerámica, en tiempos del Conde de Aranda.
Las hogueras, la procesión de los animales, y el sabroso “Prim”, son los protagonistas de la multitudinaria fiesta que se realiza en l’Alcora, en vísperas de San Antonio Abad, 17 de enero. El clamoroso ¡Vitol a San Antoni!, enmarca toda la protección y clemencia solícita, para animales y jinetes.
Esta fiesta popular se celebrará el próximo sábado 14 de enero en l’Alcora. Este año estará organizada por el Club Taurino y el Ayuntamiento de l’Alcora figurara como principal colaborador. Su esencia es venerar y rendir culto a San Antonio Abad, gran protector de los animales.
La jornada del sábado se endulzará con el reparto de los “Prims”, unos deliciosos dulces característicos de la capital de l’Alcalatén. Así pues, el próximo sábado, a las 18.30h tendrá lugar en la Plaza de la Iglesia la bendición de los animales que, a continuación, desfilaran por las principales del centro donde se habrán instalado las cerca de 25 hogueras. La procesión culminará frente a la sede del Club Taurino. Allí se procederá al reparto del “Prim”, un total de 8.000 entre los participantes.
La Recua Arriera
La festividad de Sant Antoni es una mezcla de fuego, demonios, santos, esperpentos, teatro, gastronomía y animales. El acto cumbre, en cuanto a la villa ceramista se refiere, es la “Recua Arriera”, alcorina y autóctona, que desfila integrada en la célebre procesión junto con el resto de animales.
La Recua alcorina constituye una de las joyas mitológicas que perdura en el tiempo. Representa aquellas formaciones de mulos que en el S. XVIII servían como transporte para cargar la cerámica de la Fábrica del Conde de Aranda y venderla por toda España.
Precisamente se escogía a los mulos porque eran los animales más fuertes. Para la venta de la cerámica, transitaban campo a través, huyendo del bandolerismo que se apoderaba tanto de la mercancía como del dinero recaudado en las ventas.
La indumentaria que estos animales lucen cada año en la festividad de Sant Antoni es muy característica del s. XVIII, ya que constituye un ajuar de gran belleza, propio de la elegancia y vistosidad de la Real Fábrica del Conde de Aranda. Los mandiles, las cabezadas, los pitrales y las mantas palentinas, de gran calidad, se elaboraron a conciencia para transmitir los mismos valores que la cerámica producida en la Real Fábrica del Conde de Aranda, una técnica más para atraer a los compradores.
