Irene Castrense recibe un homenaje del Ayuntamiento de Albal, por su 100 cumpleaños

La vecina de Albal, Irene Castrense, ha cumplido 100 años de vida, un aniversario que no ha pasado desapercibido en la población donde su alcalde, Ramón Marí, y los concejales, Lola Martínez y Tino Moreno, rindieron un pequeño homenaje a la centenaria, con la complicidad de sus familiares. Coincidiendo con su cumpleaños, el pasado 28 de junio y por sorpresa, la anciana recibió un ramo de flores, una placa conmemorativa y un tarta confeccionada por la pastelería Galán. El dulce lucía las velas del siglo de vida de la donostiarra nacida en 1921 y que llegó a Valencia hace 33 años. Irene sopló por su siglo de vida, rodeada de familiares exclamó con su característico sentido del humor “pocos son, ¿verdad?”

Madre de seis hijos, abuela de siete nietos, bisabuela de dos pequeños y pronto de un tercero que viene en camino, conserva todas las facultades aunque confiesa que duerme poco, “me paso las noches recordando mi infancia y a la familia que ya no está”.  Quedó viuda muy pronto, su marido –alférez de profesión- falleció con tan solo 44 años, víctima de un accidente de tráfico, aunque no le ha faltado el apoyo de sus hijos e hijas. Precisamente eso es lo que destacan ellos de su estado de salud, “pese a la dureza de perder a nuestro padre joven, mi madre ha vivido muy bien toda la vida, la hemos cuidado como a una marquesa”. Llegó a Albal de la mano de la más mayor que, al casarse con el albalense “Goriet”, se afincó en el pueblo de l’Horta Sud. Aquí Irene ha seguido cumpliendo años, añorando su tierra natal, San Sebastián, a la que dijo echar de menos y que visitó por última vez hace tres años. Pegada a la actualidad, ha seguido la crisis sanitaria a través de los medios de comunicación, preguntada por este tema a una mujer que vivió la guerra y ya inmunizada hizo un llamamiento ”a la responsabilidad, la solidaridad y la bondad ciudadana”.