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El IVC+R restaura una reja de punzones del siglo XIV-XV procedente del antiguo convento de Santa Clara

  • Actualmente se encuentra en el Museu de l'Almodí de Xàtiva y formará parte de una exposición sobre el mencionado convento

La Directora del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, Carmen Pérez, ha presentado esta mañana la restauración de una reja de punzones del siglo XIV-XV procedente del antiguo convento de Santa Clara de Xàtiva y actualmente en el Museu de l'Almodi de Xàtiva y que formará parte de una exposición sobre el mencionado convento.

Al acto han asistido además de Carmen Pérez, el director del Museu de l'Almodí, Mariano González Baldoví, y la Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Xàtiva, Mª José Pla.

La imponente y curiosa reja de punzones procedente del antiguo convento de Santa Clara de Xàtiva, realizada en hierro forjado en el siglo XIV-XV, se conserva en la actualidad en el Museu de l’Almodí de esta localidad.

La reja muestra un complejo proceso de elaboración de gran calidad, y a pesar de los avatares de la historia ha mantenido su estructura en buen estado de conservación, si bien requería de una restauración que la devolviese a su estado primitivo. Por este motivo el Ayuntamiento de Xàtiva y la Generalitat, a través del Institut Valencià de Conservació i Restauració de Béns Culturals, han querido restaurar conjuntamente esta obra del patrimonio artístico setabense.

Las rejas son elementos cuya finalidad normalmente es la de proteger ventanas y vanos exteriores, pero también pueden cumplir la función de separación y protección de espacios interiores. Esto ocurre, especialmente, en edificios de carácter religioso, como el caso que nos ocupa, pues era la reja de protección del comulgatorio de las monjas, ubicada en el sotocoro de la iglesia del convento, de esta forma podían escuchar las misas discretamente y comulgar a través de una portezuela con cerradura que se abría desde el interior.

En su construcción se emplearon 39 barrotes cilíndricos de un grosor de 3 cm, 23 horizontales y 16 verticales, insertados unos en otros mediante la perforación de los verticales en caliente, componiendo una obra de 220 x 137 x 16,5 cm en toda su superficie.
En la decoración de su cara exterior muestra 368 piezas con forma de pincho o púa de 13 cm de largo y 2,5 cm de grosor, aunque hay pinchos de menor tamaño y grosor que probablemente fueron realizados posteriormente.

En su creación se emplearon barras de hierro de sección cuadrada a las que el herrero con el calor de la fragua y a golpe de martillo sobre el yunque les daba forma, luego los encajaba en los orificios preparados en la estructura o bastidor, remachando los vástagos en caliente mediante tenazas y martillo. Los artífices, normalmente, daban un acabado o protección llamado “pavonado” que protegía el hierro, creemos que en este caso es lo que se hizo también inicialmente.

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