La Vila descubre las primeras piezas paleocristianas de la ciudad
Uno de los grafiti más interesantes representa la combinación de las primeras letras del nombre de Cristo en griego y, el otro, un pez, que es uno de los más importantes símbolos paleocristianos
Se han encontrado en un vertedero que ahora se confirma que fue excavado por los bizantinos, y que perduró hasta la reconquista de Hispania por los visigodos en 625 d. C.
Ambos símbolos son los testimonios cristianos directos más antiguos de La Vila Joiosa, del s. VI, y constituyen valiosas huellas del cristianismo primitivo en la Comunidad Valenciana. Se grabaron en envases de alimentos seguramente como amuletos para protegerlos durante el viaje por mar desde el norte de África.
“Aunque el Museo tiene otros símbolos paleocristianos en lámparas de aceite y vajillas de mesa, incluso más antiguos, estos se usaban como motivos decorativos y no siempre suponen la profesión de esa religión, a diferencia de los grafiti, que sí implican la mano de un cristiano”, ha añadido Loli Such.
Los trabajos han permitido descubrir más de treinta grafiti bizantinos y algunos textos y marcas pintados en las paredes de las ánforas. “Estos fragmentos fueron arrojados a una enorme zanja en la que aparecieron decenas de miles de piezas y objetos arqueológicos que han permitido confirmar que el vertedero fue excavado por los bizantinos, y que perduró hasta la reconquista de Hispania por los visigodos en 625 d. C. bajo el mando del rey Suintila, e incluso más tarde”, ha explicado Loli Such, concejala de Cultura.
Los restos más interesantes son dos grafiti hechos con punzón metálico que representan un Crismón, o monograma de Cristo, que es la combinación de las primeras letras del nombre de Cristo en griego (une las letras X (“ji”) y P (“ro”)). El crismón de La Vila Joiosa es muy raro, porque la X está girada en vertical (+) y enlaza con el extremo inferior de la P, algo que sucede especialmente con crismones bizantinos.
Otro grafiti representa un pez, figura testimoniada en otras ánforas bizantinas de la Península, y que es uno de los más importantes símbolos paleocristianos. El pez se llamaba en griego ΙΧΘΥΣ, y sus iniciales coinciden con las de Ιησους (Iesous = Jesús) - Χριστος (Xristos = Cristo) - Θεου (THeou = de Dios) - Υιος (Uios = Hijo) - Σωτηρ (Soter = Salvador), es decir, “Jesucristo, Hijo de Dios, el Salvador". “Por este motivo, desde muy pronto se usó como símbolo de Cristo”, ha explicado Antonio Espinosa, Director del Museo Municipal.
La responsable de fondos museísticos, Amanda Marcos ha trabajado en estas piezas contando con el arqueólogo Gabriel Lara, uno de los mayores expertos valencianos en arqueología tardo romana, y especialmente en cerámicas bizantinas. Como ha señalado Loli Such “también se ha contado con la ayuda de los voluntarios culturales Francisco, Jorge y Vicente Macià, dentro del programa de Voluntariado Cultural impulsado por la Concejalía de Cultura”.