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El pleno aprueba los llamados coeficientes correctores del IBI como mejor opción

  • El objetivo es equilibrar los valores catastrales para lograr que el impuesto sea lo más justo posible

El pleno del Ayuntamiento aprobó ayer los coeficientes correctores aplicables a los valores catastrales que estén en vigor, con el fin de lograr una estabilidad en los mismos. Con el procedimiento de valoración colectiva de carácter general del municipio no se lograba una bajada de valores catastrales, sino que, en algunos casos, podía resultar que algunas inmuebles vieran aumentado su valor catastral, consiguiendo un efecto contrario al deseado. En cambio, a través de la fórmula de coeficientes correctores aplicada a la ponencia de valores sí que se garantiza que bajen los valores.

Así, el pleno ha aprobado la solicitud al Catastro de la actualización de valores catastrales por aplicación de coeficientes que se complementa con la realización de una ponencia de valores parcial a aplicar sobre el suelo urbanizable.

Ésta es la solución que se ha considerado más conveniente por parte de los técnicos municipales y los técnicos del catastro en las numerosas reuniones que han mantenido con el Gobierno local de La Vila. El fin último de estas medidas es paliar los efectos perjudiciales que la ponencia actual genera sobre la economía de todos los ciudadanos de La Vila Joiosa; es decir, que el Gobierno local ha estudiado todas las vías para aliviar en estos tiempos de crisis económica que atraviesan todas las administraciones así como los ciudadanos, la presión fiscal que supone la aplicación de la actual ponencia del IBI, sin olvidar el férreo cumplimiento del Plan de Ajuste que fue aprobado con todas las consecuencias y al que se somete el Ayuntamiento a diario, bajo la fiscalización del Estado.

Con esta nueva fórmula, los valores catastrales bajarán al menos un 15% en zona urbana y podrán seguir bajando en los años sucesivos, con lo que se pretende que en un plazo de dos o tres años alcanzar los valores reales estimados de las casas, que son los del año 2004 (según fuentes ministeriales).

Otra de las ventajas, es que con la ponencia parcial, se pagará en función del grado de desarrollo urbanístico y de sus expectativas de crecimiento, mientras que con la fórmula actual se paga como si en esos terrenos se hubiera edificado ya, lo cual descapitaliza a cualquier familia vilera que tenga algún terreno por pequeño que sea.

En absoluto, es una cuestión de librar del pago de impuestos a terratenientes “ricos” como se ha hecho ver por algún miembro de la plataforma Moderem l’IBI. Esta solución, la de la ponencia parcial, no es ni mucho menos negociada con los que tienen muchos terrenos no construidos en suelo urbanizable. Hasta hace meses todos los grupos políticos estaban de acuerdo con la injusticia que suponía estar pagando impuestos por aquello que no tenía una perspectiva de ser realidad en un futuro inmediato. La sorpresa es que al solucionar este tema con la ponencia parcial algunos han cambiado su discurso alegando ahora que con esto se beneficia a los ricos terratenientes. Los grandes terratenientes son mínimos frente a familias con la típica parcela heredada de sus antepasados que a diario manifiesta ante el Ayuntamiento su descontento por cobrarles cuotas muy altas por terrenos urbanizables que no saben cuando van a ser construidos. Esto ahora ya está solucionado.

Al solicitar a la Dirección General del Catastro la aplicación de coeficientes correctores a los bienes inmuebles urbanos del municipio así como un Procedimiento de Ponencia Parcial, el Gobierno local quiere equilibrar todos los desajustes que supone la ponencia de valores vigente.

Además, en otro pleno ya se aprobó un descenso del IBI del 0,50% al 0,46% para 2013. A efectos prácticos, esta reducción del impuesto para 2013 permitirá mantener los tributos en la misma cuantía que en 2012, impidiendo así que se produzca el incremento del IBI que supone la aplicación de la ley y que afectaría al bolsillo de todos los ciudadanos de La Vila. Cabe recordar que según la ley, cada año se produce un incremento del montante a pagar por cada propiedad del 10% hasta 2015 más el IPC anual.

Todas estas medidas se han tomado teniendo como hoja de ruta el Plan de Ajuste, por el que se están saneando las arcas municipales; por eso, el Gobierno local hará todo cuanto esté en su mano para garantizar los servicios que presta al ciudadano, sin que merme su calidad, a pesar de que se produzca un descenso en los valores catastrales, dado que con la recaudación de este impuesto se pagan los servicios básicos del Ayuntamiento (energía, servicios sociales, seguridad, limpieza urbana, mantenimiento de colegios, etcétera).

El “afán recaudatorio del IBI” no es para despilfarros como sugieren algunos miembros de la plataforma Moderem l’IBI, sino para garantizar la sostenibilidad de los servicios del Ayuntamiento; es decir, para asegurar que el Ayuntamiento presta todos los servicios básicos; en ningún caso se sobredimensiona el impuesto para poder realizar proyecto o pagar obras del pasado; sólo se están sentando las bases para recaudar con el IBI lo que es justo y necesario para que el Ayuntamiento funcione mínimamente.

Tanto es así que en los últimos años el presupuesto municipal se ha reducido de 46 a 30 millones de euros. Se ha recortado cada céntimo prescindible, dejando exclusivamente lo mínimo para un razonable funcionamiento público. El IBI supone, como media en los Ayuntamientos en España, entre el 50 y el 60% de todos los ingresos municipales, por lo tanto, la recaudación de este impuesto debe alcanzar la cantidad precisa para que la institución dé el servicio público obligatorio que merecen los ciudadanos. Decir que hay afán recaudatorio para sufragar deudas pasadas o pagar la mala gestión municipal del pasado, incluido los 9 millones de desfase que produjo el cuatripartito en un solo ejercicio, es cuanto menos, una afirmación fruto de una ignorancia considerable o una consideración muy interesada.

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