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Marta Alonso: “La Comunitat Valenciana será pionera en turismo patrimonial subacuático”

Marta Alonso: “La Comunitat Valenciana será pionera en turismo patrimonial subacuático”
  • Marta Alonso ha presentado los resultados de la nueva campaña de excavación del pecio Bou Ferrer de La Vila Joiosa

  • Se va a iniciar una innovadora experiencia piloto de turismo subacuático en torno a este tesoro subacuático

  • Durante la campaña de este año se han extraído 25 ánforas, 4 lingotes de plomo de 70 Kg cada uno y se ha llegado a la madera del barco

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Marta Alonso: “La Comunitat Valenciana será pionera en turismo patrimonial subacuático” - (foto 2)

La Directora General de Patrimonio, Marta Alonso, ha presentado esta mañana los resultados de la campaña de excavación arqueológica subacuática llevada a cabo en el pecio Bou Ferrer, localizado frente a la costa de La Vila Joiosa. En la presentación han participado también el Vicerrector de Cultura, Deportes y Política Lingüística de la Universidad de Alicante, Carles Cortés, y el alcalde de La Vila Joiosa, Jaime Lloret,.

Tal y como destacó Marta Alonso: “La colaboración entre diferentes administraciones e instituciones, ha hecho posibles los excelentes resultados obtenidos en esta campaña de excavación. El papel de la Universidad de Alicante, a través de su Taller de Imagen, así como el del Ayuntamiento de La Vila Joiosa, han sido claves para el desarrollo de esta empresa”.

Junto a la Dirección General de Patrimonio, han colaborado instituciones de reconocido prestigio internacional en el campo de la arqueología náutica y subacuática como el Départament des Recherches Archéologiques Subaquatiques et Sous-marines (DRASSM) del Ministerio de la Cultura de Francia, el Centre National de la Recherche Scientifique, las universidades de Toulouse-Le Mirail y la de Barcelona y Valencia, así como el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA)

Por su parte, el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, mantienen vigilado el yacimiento en todo momento, a través del SIVE, o Sistema Integral de Vigilancia Exterior.

Esta excavación, que se ha desarrollado durante el mes de septiembre, es en realidad la continuación de las campañas anteriores, realizadas también por la Dirección General de Patrimonio en 2006 y 2007, todas ellas bajo la dirección científica del arqueólogo subacuático Carlos de Juan. Los trabajos desarrollados en años anteriores aportaron los primeros datos, como el tipo de construcción del barco a “casco primero”, y que tenía una capacidad de carga de más de 200 t, como atestigua su carga principal, compuesta por cerca de 2500 ánforas contabilizadas que contenían garum, una salsa de pescado muy apreciada por las élites romanas y de elevado valor económico. Durante las campañas de 2006 y 2007 se extrajeron, 230 ánforas completas.

En la presente campaña se ha constatado que transportaba también lingotes de plomo, que podrían representar hasta 5 t del cargamento. Las marcas y contramarcas grabadas en el metal indican, según Claude Domergue, catedrático de la Universidad de Toulouse le Mirail y uno de los máximos especialistas mundiales en epigrafía y metalurgia romana, que estos lingotes eran propiedad del Estado. Después de haber sido adquiridos por un agente imperial se marcaron con las siglas IMP.GER.AVG (Imperator Germanicus Augustus), lo que significa que no se trata de piezas pertenecientes a cualquier comerciante, sino que pertenecen al propio poder imperial.

Este hallazgo abre nuevas vías de investigación y plantea interesantes preguntas sobre la propiedad de la carga en su totalidad e incluso sobre el navío o la naturaleza de la carga secundaria.

2000 años después de su naufragio, el mercante romano, ahora bautizado como Bou Ferrer, es el único yacimiento de mediados del s. I d.C. del que podremos conocer cómo era su arquitectura naval, cómo se construían y que proporciones tenían estos grandes mercantes del periodo, algo inédito en la actualidad. De hecho, este año, se ha podido localizar y situar la quilla del barco, algo de gran transcendencia en este tipo de investigaciones porque permite calcular las proporciones totales. Gracias a este descubrimiento se ha verificado que se trata de un gran buque, un gran velero de comercio.

Un Innovador proyecto turístico
Los objetivos de este año en la excavación del Bou Ferrer han sido dos: uno científico, basado en profundizar en el conocimiento de un yacimiento sin paralelo conocido en el Mediterráneo, dado su tamaño, estado de conservación y accesibilidad; y otro destinado al diseño de una experiencia piloto para hacer visitable el yacimiento.

Esta iniciativa busca crear una oferta cultural inédita en todo el país, pues actualmente no existe ningún pecio visitable en España, lo que convertiría a La Vila Joiosa en un centro de atracción de turismo cultural de primer orden, especializado y de calidad. Se unen en este proyecto patrimonio, turismo y deporte, pues la única manera de visitarlo es sumergiéndose a 30 metros de profundidad.

Para Marta Alonso “esta experiencia piloto, que está previsto que se inicie en la primavera del año que viene, pondrá las bases para fomentar nuevas actividades económicas, basadas en el turismo cultural, capaces de generar empleo y riqueza en la Comunidad Valenciana, con el patrimonio y el deporte subacuático como pilar vertebrador”

Pero el proyecto no deja de lado a aquellos profanos en la materia del buceo, pues en el nuevo el proyecto del Vilamuseu, la Red de Museos y Monumentos del Ayuntamiento de la Vila Joiosa, se ha proyectado una amplísima muestra de los materiales extraídos del pecio.

2000 años de historia
El pecio se conoce gracias a un descubrimiento casual que realizaron los buceadores de La Vila Joiosa José Bou y Antoine Ferrer en el año 2000, y que tras las primeras inspecciones arqueológicas se constató que era un yacimiento de extraordinario interés científico. Se trata de un barco de época altoimperial. En él se combinan una serie de características que lo convierten en un yacimiento arqueológico subacuático sin paralelo conocido en la actualidad; como su excelente estado de conservación, tanto el cargamento como el casco de la nave, y sus grandes dimensiones, cercanas a los 30 m de eslora.

El pecio Bou-Ferrer es un gran mercante de mediados del s. I d.C., procedente de un importante puerto de la Bética, que podría ser Gades. Posiblemente, su armador itálico lo tenía al servició del pujante comercio de productos béticos que abastecían la ciudad de Roma. Transportaba un cargamento de salsas finas de pescado, un producto muy apreciado en la Roma imperial. En su tránsito por alta mar, en ruta desde la actual Andalucía hacia el sur de las islas Balerares, debió ser desplazado por un temporal de levante; buscó refugio en la costa de la actual provincia de Alicante pero no lo consiguió y se hundió frente a La Vila Joiosa, a 25 metros de profundidad.

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