Vila-real aplicará un plan de ajuste económico hasta diciembre "para evitar el impacto de las sentencias urbanísticas del PP"
El Ayuntamiento de Vila-real aplicará durante los próximos seis meses un plan de ajuste económico para evitar el impacto de las sentencias que siguen llegando al consistorio, fruto de la gestión urbanística del anterior gobierno municipal del PP, así como otros gastos imprevistos, como el provocado por el sobrecoste de 600.000 euros en el tratamiento de las basuras, el abono de la paga extra pendiente a los funcionarios, o la llegada del plan Xarxa Llibres, entre otros desembolsos, como el que supone la apertura de nuevos centros deportivos heredados, con el objetivo de reequilibrar las cuentas y poder seguir impulsando el modelo de ciudad que Avanza.
El alcalde, José Benlloch, ha explicado públicamente cuáles son las medidas que el equipo de gobierno pondrá en marcha desde ahora y hasta el mes de diciembre, con el objetivo de frenar la situación que este 2016 se ha producido en las arcas municipales, debido a los numerosos “mazazos” que siguen llegando al Ayuntamiento cinco años después del cambio de gobierno. “Vivimos una situación de dificultades económicas derivadas, todavía, de la gestión urbanística del PP, que invadía los terrenos de los vecinos a coste cero y que ahora la justicia dice que hemos de pagar, con toda la razón”, explica Benlloch, quien señala que “tenemos que controlar la bomba que han dejado a la ciudad para muchos años y no hay otra solución más que ser responsables”.
Por ello, el primer edil ha recordado que en la primera legislatura del gobierno del cambio, se optó por pagar todas las deudas que el anterior ejecutivo dejó con empresas y proveedores locales y ponerse al día. “Después de mucho esfuerzo, decidimos optimizar las infraestructuras existentes, llevar adelante varias marcas de ciudad y apostamos congelar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), que suponía una auténtica sangría para los ciudadanos, ya que no dejaron de subirla desde el año 2000 a un ritmo desorbitado”, apunta. “Sabíamos cuál era la situación de los vecinos y todos los partidos que formábamos parte del equipo de gobierno cumplimos con nuestro programa electoral frenando un nuevo aumento de los impuestos en 2012 y 2013”, añade.
Así, asegura que “en 2014 cometimos un error, y ahora lo reconozco, que fue bajar el IBI, después de un largo pleito con el catastro y con el Gobierno de España”. “En aquel momento pensábamos que toda esta bomba urbanística estaba relativamente controlada y decidimos dejar de ingresar 1,8 millones cada año, pero todo apunta a que el riesgo sigue siendo muy alto para Vila-real y, como responsable municipal, he tenido que tomar una decisión para frenar la situación y reenfocar el proyecto de ciudad, que estamos convencidos de que podrá seguir funcionando en breve como hasta ahora”, manifiesta.
“La situación es inviable y por ello se ha decidido de subir el IBI en un 9% para el próximo año”, señala el primer edil, “porque en 2017 nos reequilibraremos, pero ¿qué hacemos de aquí a final de año?”. Para ello, se ha creado un plan de ajuste que pasa por 10 puntos, como son la reducción de actividades en Estiu al Termet, la suspensión y cambio de enfoque de la Vilabeca -aprovechando que la Generalitat ofrece el programa Avalem Joves-, o la supresión de las ayudas a emprendedores, que también saldrán en breve por parte de la Generalitat, y que ofrecen el doble de importe que el consistorio.
“Se trata de usar la inteligencia y el talento para complementar lo que haga la Generalitat y no duplicar servicios”, explica. Asimismo, el área de Servicios Públicos se centrará de aquí a final de año en la tarea más básica de atención de avisos y mantenimiento de calles y jardines, se intentará ahorrar en la medida de lo posible en las fiestas de la ciudad y de los barrios, y se suprime el Festival Internacional de Danses, “aprovechando que El Raval va a repensar su realización y así nos lo ha transmitido”, matiza el primer edil. En el área de Deportes, se trabaja en un ahorro en el convenio con los gimnasios en los próximos meses y también está previsto reducir las campañas de promoción de la ciudad y la colaboración en algunos congresos, así como hacer un ajuste en algunos recursos administrativos, trasladando las áreas de Turismo y Congresos a la parte baja del Gran Casino para comenzar a ahorrar.
A todas estas medidas se suma una modificación en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para “consolidar lo que ya tenemos iniciado sin pensar en seguir creciendo más, esa idea está ya muy obsoleta, tendremos que hacer cirugía con lo que ya hay en materia urbanística”, destaca Benlloch, quien manifiesta que “el riesgo económico de los aprovechamientos urbanísticos desde hace años es alto y podría marcarnos”.
“Queremos seguir adelante con el proyecto de Vila-real Avança, pero de forma viable, haciendo frente a los empastres del PP sin quebrar el Ayuntamiento y pagando mejor a los proveedores, y se puede conseguir con las herramientas que ya tenemos preparadas y con voluntad”, concluye Benlloch, al tiempo que pide a los ciudadanos “apoyo, comprensión y confianza, porque vamos a salir adelante”.
