San Vicente reduce en más de 100.000 euros el coste del autobús urbano tras reorganizar las líneas y registrar un 16% más de usuarios

El Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig ha logrado reducir en más de 100.000 euros la aportación municipal para el servicio de autobús urbano tras la reorganización de las líneas que entró en vigor hace un año y que ha supuesto además un aumento del 16% en la cifra de usuarios. En el próximo pleno ordinario se aprobará la liquidación definitiva de la subvención correspondiente a 2012, que ascenderá a un total de 195.812 euros frente a los más de 300.00 euros de ejercicios anteriores.

El Ayuntamiento ya había reconocido a cuenta una aportación para este ejercicio de 189.971 euros, que se incrementará en 5.841 euros una vez cerrada la liquidación definitiva de 2012 por parte de la empresa concesionaria del servicio (Automóviles La Alcoyana), por lo que la cuantía total de la subvención ascenderá a 195.812 euros. El Consistorio asume así alrededor del 90% del coste total del servicio, mientras que el 10% restante corresponde a los ingresos por los billetes abonados por los viajeros.

La alcaldesa, Luisa Pastor, ha explicado que “estamos cumpliendo nuestro compromiso de reducir de forma progresiva el déficit del servicio de transporte urbano para que no suponga una carga excesiva a las arcas municipales y sin que ello suponga una merma en la calidad del mismo”.

6.600 usuarios más

El concejal de Infraestructuras, Servicios y Mantenimiento, Rafael Lillo, ha recordado que “un total de 48.466 viajeros utilizaron el servicio de autobús urbano de San Vicente entre marzo de 2012 y el mismo mes de 2013, lo que representa 6.622 usuarios más que antes de la reorganización de las líneas y un incremento porcentual del 16% aproximadamente”.

La reestructuración del servicio, que entró en vigor en marzo de 2012, supuso una mejora de la información que se presta a los viajeros y la puesta en servicio de nuevas paradas, fundamentalmente en los barrios de Villamontes, que pasó de dos a cinco, a las que se añadieron otras cinco en Sol y Luz y Santa Isabel.

Lillo ha destacado que “en este proceso hemos ido de la mano de las asociaciones de vecinos, que nos han aportado sus sugerencias, y también hemos tenido en cuenta la información facilitada por los propios usuarios con el fin de ajustar al máximo las posibilidades del servicio a las demandas de los pasajeros y a pesar de las limitaciones presupuestarias actuales”.