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“Exclusión social en España y la persistente dignidad del ser humano”

“Exclusión social en España y la persistente dignidad del ser humano”
  • Se inicia en la Concejalía de Juventud el séptimo curso de la XVIII edición del Foro Universitario Juan Luis Vives “Pobreza y exclusión ¿un problema de todos?”

  • Joaquín García: “El consumismo es la gran adicción de nuestro tiempo y uno de los causantes de la crisis”

  • El curso se desarrollará en horario de 9.00 a 14.00 y de 16.00 a 21.00 durante el día de hoy y de mañana 4 de marzo

Hoy ha arrancado el séptimo curso de la XVIII edición del Foro Universitario Juan Luis Vives. Coordinado por Marita Macías Marassa, Profesora de Sociología de la Universidad Católica de Valencia y Presidenta de la Fundación Hugo Zárate, el título del curso es “Exclusión social en España y la persistente dignidad del ser humano”.

En la presentación del mismo, Marita ha señalado que en los dos últimos años, España ha presenciado una intensa trasformación de las exclusiones sociales, la cual se despliega en vidas desahuciadas, gentes desesperadas y grupos humanos en tierra de nadie. La crisis, que estalló en agosto de 2007, inicialmente de carácter económico y financiero, ha producido nuevas exclusiones y desvelado nuevos mecanismos tanto en el centro como en la periferia, tanto en el Norte como en el Sur, tanto en la zona de integración como en la zona de la supervivencia, “si bien han sido las periferias del sistema, los “sures” del mundo y los excluidos de siempre donde se ha mostrado con mayor densidad su poder destructor” ha destacado la coordinadora.

Pero Marita se ha mostrado optimista al afirmar que “la misma realidad que nos destruye es la que nos construye”. Según ha señalado, en respuesta a la crisis que se ha extendido a todos los ámbitos de la vida, hay un creciente despertar de las conciencias y una multitud de alternativas solidarias. “Unas producidas por los propios excluidos y por aquellas organizaciones que les acompañan, y otras que germinan en el espacio cultural, universitario y político”, ha afirmado. “Mientras los ensayos de Economía intentan explicar las causas de la crisis, y los tratados de Sociología intentan comprender los efectos, los pequeños relatos transmiten fragmentos de esperanza”. De esta manera, el curso propone abordar las exclusiones en el contexto de la crisis global e identificar las pequeñas alternativas que abren esperanza para los desfavorecidos, mediante la solidaridad colectiva y la iniciativa social.

La ponencia que ha inaugurado este séptimo curso del Foro ha sido llevada a cabo por Joaquín García Roca, del Departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universitat de València. Bajo el título “La crisis actual es más que económica: los nuevos mecanismos de exclusión”, el conferenciante ha interpelado a los estudiantes asistentes, en qué medida ellos han fortalecido y alimentado el panorama actual de crisis mediante un uso inadecuado del consumo. “Estamos asistiendo a una crisis de consumo, que no de producción, ni de oferta”, ha afirmado Joaquín. “Una crisis que, como hemos sabido esta mañana, esta provocando consecuencias tan graves como el endurecimiento de la opinión que los españoles tienen de los inmigrantes”, ha explicado el ponente haciendo referencia al informe Racismo y Xenofobia 2009, elaborado por el Observatorio del Racismo y la xenofobia y cuyos datos se han dado a conocer esta mañana.

Partiendo de esta premisa, el conferenciante ha desarrollado una reflexión en la que ha colocado al consumismo exacerbado como uno de los principales causantes de la crisis actual y al cuál se ha referido como “una de las grandes adicciones de nuestro tiempo”. Según ha explicado, el consumo alimenta nuestras necesidades y condiciona nuestros estilos de vida. Los estudiosos distinguen cuatro estadios en la cultura del consumo: en el primero, el cliente busca al producto para cubrir sus necesidades, “Por ejemplo para satisfacer nuestra necesidad de comunicación nos compramos un móvil”. En el segundo, es el producto el que busca al cliente. “Se trata de productos prescindibles o superfluos, pero gracias a la publicidad y la estimulación del deseo y la seducción que ésta conlleva, se nos crea una necesidad de poseerlos”. En el tercer estadio, el consumidor se convierte en producto “pues éste intenta crear en él un estilo de vida y unas expectativas determinadas”. Finalmente, ha aludido a un último estadio, al que denomina “el fetichismo de la mercancía”, y según el cuál “detrás del producto hay algo que no aparece pero nos seduce y encanta, tiene un carácter estupefaciente y desplaza otros bienes y otras capacidades como los de crecer humanamente, participar en los asuntos de la ciudad o contar historias”, ha explicado Joaquín.

A continuación, el ponente ha hecho referencia a una serie de mecanismos derivados de la adicción al consumo, al cuál ha pasado a vincular directamente con la crisis. Entre ellos, la dependencia hacia un objeto determinado, el hecho de que el adicto, en sentido general, siempre echa la culpa a los otros (a la infancia, al director del banco, al vecino que no le advirtió), o el que se distorsione la realidad simulando que todo está bien. “Los bancos disimulan que no pasa nada, los altos ejecutivos disimulan su identidad y los afectados esconden sus miserias y privaciones”.

“No podemos seguir haciendo del consumo la principal razón de ser” ha afirmado Joaquin, quién ha planteado una serie de propuestas a la situación actual. En primer lugar plantea la revolución de las expectativas. “Como en cualquier adicción el reconocimiento de una fisura interior es fundamental para acabar con ella. En este caso no se trata de dejar de consumir sino de consumir otros bienes (salud, seguridad, contemplación, cultura…)”. En segundo lugar, se debe tener claro que existen alternativas: “la impotencia colectiva sólo sirve para mantener la crisis”. El tercer paso destacado por el ponente se refiere a la importancia de los grupos de apoyo. “Todo el mundo que quiere dejar de lado una adicción necesita del apoyo se sus amigos, de la gente que quiere, de organizaciones…, sino es difícil rehacer una identidad”. Por último, Joaquín ha defendido nuevas maneras de disfrutar con el espacio y el tiempo, impulsando el espacio público como un lugar de comunicación y encuentro.

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