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Un obispo valenciano en Chile y su hermano misionero sobreviven junto al epicentro del terremoto

  • “No hay palabras para describir lo ocurrido”, afirman en un mensaje al Arzobispado

El obispo valenciano monseñor Juan Luis Ysern de Arce, emérito de la diócesis chilena de Ancud, y su hermano José Luis, también misionero en Chile, han sobrevivido al terremoto del pasado sábado a pesar de encontrarse “muy cerca del epicentro”, según un mensaje que han remitido a la comisión diocesana de Misiones del Arzobispado de Valencia.

José Luis Ysern de Arce, que asegura en su carta que “necesitamos vuestra oración y apoyo solidario” , relata que el seísmo les sorprendió en la localidad de Chillán, situada “junto al epicentro”, según relata en la misiva.

El sacerdote valenciano expresa también que “no hay palabras para describiros lo que esto ha significado”, ya que “yo, que en mis clases de Psicología en la Universidad he tenido que explicar a veces las teorías sobre el síndrome postraumático, lo estoy viviendo ahora en carne propia”.

Asimismo, asegura que “es consolador y de gran ayuda el estímulo de la fe cristiana” ante la tragedia. Y repara en que “en estos lugares donde las diferencias sociales son tan marcadas, la misma fuerza de la naturaleza ‘terremotea’ a ricos y pobres, y hace que de un solo plumazo, algunos efectos de esas diferencias desaparezcan, al menos de momento”. Así, en referencia a los cortes de agua tras el seísmo, señala que “igual vemos acudir a llenar sus recipientes a un ilustre caballero que se baja de un lujoso automóvil, que a una modesta mujer que acarrea sus cántaros en un humilde triciclo prestado por el solidario vecino: ambos tienen que ponerse a la cola del agua y respetar su turno”.

El sacerdote prosigue su carta manifestando que “casi unánimemente las personas que nos cuentan su experiencia dicen lo mismo: "se me ha perdido todo, una pared se derrumbó y me aplastó el coche, no me ha quedado nada servible entre mis útiles domésticos, electrónicos…, pero eso no me importa nada; ya lo repondré algún día si puedo. Lo importante es que gracias a Dios todos en mi casa estamos vivos y bien".

Al final de su carta, el misionero constata que “mientras os escribo estas líneas siguen sucediéndose las réplicas, y cada una viene con su incertidumbre: ¿será suave?, ¿será breve?, ¿aumentará de intensidad?, ¿pasaré a incrementar la lista de los muertos? Esta incertidumbre te atenaza el alma, pero también te anima a decir: Dios mío, en tus manos encomiendo mi espíritu”.

Monseñor Juan Luis Ysern, natural de Valencia y de 79 años de edad, estudió en el Seminario Mayor de Moncada y fue ordenado sacerdote en Granada en 1953. El papa Pablo VI le nombró obispo de la diócesis chilena de Antofagasta y de Ancud en 1972 y 1974, respectivamente. En 2005, Benedicto XVI le aceptó la renuncia por edad, por lo que ya es obispo emérito de Ancud. Su hermano José Luis, siendo seminarista, se trasladó a Chile junto al prelado. Allí fue ordenado sacerdote y en la actualidad está al servicio de la diócesis de Chillán.

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