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Nuevas mesas redondas en el XVIII Foro Universitario Juan Luis Vives

Nuevas mesas redondas en el XVIII Foro Universitario Juan Luis Vives
    La última jornada del segundo de los ocho cursos del XVIII Foro Universitario Juan Luis Vives “De la intervención social y sus caminos” nos ha dejado dos sugestivas mesas redondas.

    La primera de ellas ha estado moderada por Concha Calvet, cofundadora de la Asociación Àmbit y ha llevado por nombre “La voluntad de un mundo mejor: la intervención de las asociaciones”. En ella han participado María Luisa Haro, Presidenta de la Fundación José Mª Haro; Yolanda Amiñosa, directora de Voluntariado y Participación Social de Cruz Roja en la provincia de Valencia y un representante de Alcohólicos Anónimos de la Comunidad Valenciana.

    En una primera parte, cada uno de los invitados ha explicado cuál es su situación dentro de la acción social. La primera en hablar ha sido María Luisa Haro, que ha explicado la labor desempeñada por la Fundación José Mª Haro-INTRA. “Trabajamos por la mejora de las condiciones personales, sociales y laborales de las personas en riesgo o situación de exclusión, dirigiéndonos preferentemente a la mujer, porque es ella la que soporta con más intensidad las consecuencias de esta exclusión” ha explicado la Presidenta de la fundación. “Con nuestro programa de orientación sociolaboral y nuestros proyectos prelaborales, actuamos a través de acciones de capacitación, acompañamiento e intermediación sobre un amplio colectivo”. Además, María Luisa ha descrito la empresa de inserción que constituyen a través de sus tiendas de ropa de segunda mano, gracias a las cuáles generan empleo. “Todavía llevamos trabajando poco tiempo para, pero los resultados de nuestros proyectos van siendo muy positivos” ha manifestado.

    La siguiente en el turno de palabra ha sido Concha Calvet, de la Asociación Àmbit quién, desde un principio, ha señalado la presencia del voluntariado como un complemento absolutamente necesario. Según ha explicado, “la Asociación Àmbit, desde sus inicios, ha querido ser un espacio en el que participan las propias personas implicadas en un problema tan grave como la pérdida de libertad, a los que se asocian otros como la toxicomanía, la enfermedad física y mental o la pobreza de recursos económicos, culturales y sociales”. Así pues, en la asociación se vela por la reinserción de los presos en la sociedad, acompañándolos en su desesperanza y soledad.

    Por su parte, Yolanda Amiñosa ha explicado cómo funciona el voluntariado y la participación en la Cruz Roja y ha destacado que el objetivo principal de la organización es “la humanidad y prevenir y aliviar el sufrimiento humano en todas sus circunstancias”.

    Por último, un representante de Alcohólicos Anónimos ha hablado en primera persona de su paso por la asociación de la cuál ha dicho “hace que aprendamos a conocernos mejor a nosotros mismos”. Según ha explicado, se trata de una estructura desorganizada, “un caos que funciona”, integrada por grupos de autoayuda que se reúnen. “Hay algo más de 500 grupos en España, en Valencia alrededor de 20 y hay reuniones todos los días” ha comentado “Ayudamos a otros alcohólicos en base a la experiencia”.

    Tras un intercambio de opiniones y experiencias entre los ponentes se ha dado paso al turno de preguntas de los asistentes, los cuáles se han mostrado muy interesados en todo momento.

    Ya por la tarde, ha tenido lugar la segunda mesa redonda del día “Cuidar “cara a cara”. La Ayuda profesional: éxitos y dificultades”. En ella han intervenido Jesús Fernández, Vice-Presidente de la Asociación Previo; Santiago Agost, trabajador social del Ayuntamiento de Vila-real; Nuria Baeza, profesora de Fundamentos Básicos del Trabajo Social de la Universitat de València y trabajadora social de Cáritas Valencia; y Carmen Fenollosa, directora de Servicios Sociales del Ayuntamiento de la Vall d’Uixó.

    El debate en esta Mesa se ha generado a partir de la pregunta ¿Qué y cómo hacer para mejorar la situación de las personas en situación de exclusión social?. La primera en intervenir ha sido Carmen Fenollosa quién ha manifestado que “acoger el valor y la belleza de cada ser humano es un punto de partida ineludible en cualquier relación de ayuda sanadora y, en especial de la intervención social”. Además ha añadido “lo que mejor podemos hacer para ayudar a los usuarios de los servicios sociales es hacernos mejores personas, mejores ciudadanos y mejores profesionales”. Para explicar esto ha narrado un cuento cuya conclusión ha sido que para ser un buen profesional de la intervención social te hacen falta todas las dimensiones de la vida: “tener la cabeza amueblada, ojos de amante, corazón de ermitaño, espíritu de montañero, manos de sanador y mente de rabino”

    Jesús Fernández, por su parte, ha hablado de la labor que desempeña la Asociación Previo de la que es Vice-Presidente. “Nosotros ponemos el foco en aquellos que agreden, revisando sus procesos y necesidades” ha explicado “atendiendo sus carencias y analizando las situaciones que les rodean ayudamos a encontrar caminos que dotan a todos de mayor seguridad”. De esta manera, Previo fue pionera a la hora de incluir programas de tratamiento para delincuentes sexuales y maltratadores en el ámbito familiar. “El trabajo social especializado en el campo de la prevención de la violencia es novedoso y está lleno de posibilidades de intervención. Existe cada vez más un consenso social sobre la necesidad de no desatender este sector y para ello nosotros contamos con un equipo multidisciplinar” ha explicado.

    La intervención de Nuria Baeza ha comenzado con una metáfora marina. “Os voy a invitar a un curso de buceo”, ha anunciado a los asistentes de la Mesa “de buceo social” ha añadido. En dicha metáfora, la tortuga (demandante del servicio social) se esconde en su caparazón, es ágil en su medio y está muy condicionada a él. Fuera del agua (la reinserción) no es tan rápida, pero el buceador (el trabajador social) la ayudará a acostumbrarse en una “descompresión” paulatina y lenta. Para la ponente “La intervención con personas en situación de exclusión grave y severa requiere fundamentalmente de un trabajo de encuentro y recuperación del sentido en el que el trabajador social debe acompañar y velar por el desarrollo del proceso desde una vinculación personal afectiva”. El autocuidado del profesional, la distancia terapéutica y el sentido del humor son algunos de los elementos que ha distinguido para la buena práctica del profesional social.

    Por último, Santiago Agost ha hablado se su experiencia como trabajador social en un centro público de drogodependencia y nos ha introducido en el tema del trato de las adicciones “Siempre tenemos que tener una mirada adecuada hacia el usuario y tener en cuenta su estado emocional” ha explicado en una distendida intervención no exenta de referencias fílmicas.

    Tras el habitual debate entre ponentes y el turno de preguntas de los asistentes, ha concluido con éxito el curso “De la intervención social y sus caminos”. El próximo lunes 15 de febrero comenzará el tercer curso del XVIII Foro Universitario Juan Luis Vives “El papel del Estado y de la sociedad civil en la lucha contra la exclusión”.

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